10 años buscando justicia
Paulina Lebbos desapareció un 26 de febrero de 2006. Catorce días después, unos vaqueanos de la zona de Tapia encontraron su cadáver a la vera de una ruta que ya había sido rastrillada por la Policía. A partir de ese momento se fraguaron cientos de irregularidades, muchas de ellas ampliamente demostradas en la Justicia.
Desde el día que fue encontrada, su padre Alberto Lebbos comenzó a denunciar que existían niveles de encubrimiento sobre los responsables. Poco a poco logró que la Justicia decidiera apartar al fiscal Albaca. A partir de ese momento, la causa comenzó a avanzar de la mano del fiscal López Ávila, quien logró condenas en 2013 por encubrimiento y sigue investigando.
De lo que está seguro el padre de la joven es que hay poderosos detrás del asesinato de su hija, ya que, según denunció hasta el hartazgo, se movilizaron los tres poderes del Estado para que no se conozca la verdad. Su principal denuncia sobre el encubrimiento recae sobre el papel que jugaron el primer fiscal de la causa Albaca, el entonces ministro fiscal Di Mitri y, por añadidura el exgobernador José Alperovich, quien, pocos días después del hallazgo del cuerpo de Paulina, había anunciado públicamente que sabía quiénes eran los asesinos y estaba esperando su aprehensión en pocas horas.
10 años han pasado y poco se sabe de lo que sucedió realmente. Los avances de la Justicia sólo se dan en relación a los delitos de encubrimiento. Alberto Lebbos, con su inquebrantable lucha, se convirtió en la cara visible de la Comisión de Familiares de Víctimas de la Impunidad que nuclea cientos de casos sin resolver.
Fotografías de Ignacio López Isasmendi.