Juicio por Ismael: una nueva esperanza
Cuatro años y medio pasaron desde que Ismael Lucena falleció en el hospital Padilla de Tucumán tras sufrir un politraumatismo. Un golpe generado por Mondino Becero, entonces policía, con una pistola en el lado izquierdo de la cabeza de Ismael. Alrededor de esa herida letal giraron hipótesis, encubrimientos, amenazas y lesiones. Además, aquella noche junto a Ismael estuvo su amigo Marcelo 'Pipí' López, quien recibió un golpiza. Hoy la Justicia de Tucumán sentenció a cinco policías de la provincia por esta causa. De esta manera sentó un precedente para los casos de violencia institucional en Tucumán y en Argentina.
La lucha de la familia de Ismael Lucena se enfrentó a dilaciones y dos suspensiones de fechas de audiencias. Acompañada por una mesa de apoyo integrada por organismos de derechos humanos, la causa tomó fuerza mediática y social. "Hoy se hizo justicia. Hay que denunciar, porque la violencia está en los barrios", fue el mensaje de Isabel de la Cruz, cuñada de Ismael, luego de escuchar la sentencia que condenó a prisión perpetua al homicida de Ismael. Además se otorgaron penas de entre siete y tres años de prisión para los otros cuatro policías imputados. Así, tres policías salieron arrestados de la Sala II del Palacio de Tribunales de Tucumán, donde se desarrolló todo el juicio a cargo de los jueces Alicia Freidenberg, Dante Ibáñez y Néstor Rafael Macoritto.
Al grito de "¡Ismael Lucena presente!" los organismos y agrupaciones que acompañaron la causa festejaron la condena. "El gatillo fácil en Tucumán existe y hay muchos casos", aseguró Julia Albarracín, abogada querellante de la causa. De esta manera quedó demostrado que la violencia institucional también puede ser condenada por la Justicia y las leyes constitucionales del país.
Colaboraron en este artículo: Javier Sadir, Ignacio López Isasmendi (fotografías) y Marianella Triunfetti.