17 años sin Maxi y Darío
El 26 de junio de 2002, los ecos del diciembre que derrocó a De la Rúa aún resonaban mientras y el país atravesaba una de las peores crisis económicas y sociales. Las organizaciones sociales cortaban los accesos a la Capital Federal para exigirle al gobierno del presidente Eduardo Duhalde políticas públicas que frenaran el hambre y la miseria que habían dejado los casi 10 años de políticas neoliberales del peronismo menemista y su continuidad radical. La respuesta del gobernador bonaerense Felipe Solá ese mediodía fue la represión. En medio de la retirada de los militantes sociales, el Comisario Alfredo Franchiotti no dudó en utilizar su escopeta con balas de plomo y disparar contra Maximiliano Kosteki que corría dentro de la estación de trenes de Avellaneda. Fue entonces cuando Darío Santillán se detuvo a recoger a su compañero del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) y recibió una nueva descarga de escopeta por parte de Franchiotti.
Las imágenes del momento exacto en el que el policía dispara contra Santillán demostraron días después la responsabilidad de la policía en estas muertes y sirvieron para condenar al comisario bonaerense.
Tras 17 años, y a la luz del retorno de las políticas neoliberales, las organizaciones sociales rindieron homenaje a los dos militantes sociales en todo el país y exigieron políticas económicas que beneficien a los trabajadores. En Tucumán cerca de 3.000 personas marcharon con antorchas y exigieron, además, a que se juzgue a los que consideran responsables políticos de estos asesinatos: el entonces presidente de la Nación Eduardo Duhalde, y quien fuera en ese momento Gobernador bonaerense Felipe Solá, ambos participantes activos de dos de las listas peronistas que se postulan para ocupar la presidencia de la Nación este año.