Belén sigue presa de la incertidumbre y la falta de respuestas por parte de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán. Si bien obtuvo su libertad condicional a partir de la lucha de los organismos que integran la mesa de apoyo a la causa, aún sigue pendiente su absolución. Las demoras de la Corte para promulgarse llevan a que Belén no pueda rehacer su vida. "La Justicia se está demorando demasiado sin interesarle la situación de hoy de Belén que no puede conseguir un trabajo y los problemas psicológicos que todo esto puede causar", dijo Luciana Gramaglio, abogada que forma parte del equipo que realiza la defensa técnica de Belén. Por eso, las organizaciones de género y derechos humanos que exigen la absolución se concentraron frente al Palacio de Tribunales de Tucumán para pedir explicaciones por los retrasos.

La primera respuesta que obtuvieron fue el cierre de las puertas de Tribunales. "Cerramos por el caso de Belén", respondió un policía cuando se le preguntó el motivo. Una reacción. Un modo de entender la vulnerabilidad. Un símbolo de la devolución de la Justicia ante el reclamo de las mujeres. Hace dos meses ya que Belén espera una respuesta. Desde el 10 de diciembre el expediente se encuentra a manos de los jueces y solo resta que Antonio Gandur emita su voto. Gandur se comprometió en dar repuesta en 30 días, mientras que desde la Secretaría de la Corte se insinuó que la demora se debió a los 16 amici curiae presentados por diferentes organizaciones de derechos humanos. "Esto no puede ser así porque los amicus fueron presentados antes de que pasen a estudio de la causa", sostuvo Gramaglio.

Con cantos, panfletos y pegatinas, las organizaciones se hicieron escuchar frente al Palacio de Justicia para sentar precedente sobre el modo en el que actúan las instituciones ante los casos de abortos espontáneos y para llegar con más fuerza al 8 de marzo, cuando las mujeres marchen en nombre de todas las chicas que sufren la vulnerabilidad ante este tipo de casos. La mesa de apoyo a Belén sigue firme y acompaña la lucha que se replica a nivel internacional en organizaciones de género que apoyan la causa, como Amnistía Internacional.