La inseguridad puesta sobre el tapete
En los últimos días la falta de seguridad que se vive en la provincia se instaló en la agenda de todos los medios provinciales y nacionales. Esto sucedió debido al crimen ocurrido el pasado miércoles 2 de mayo. Mercedes Figueroa, una niña de 6 años de edad, fue asesinada brutalmente. La pequeña había desaparecido la tarde anterior mientras jugaba en la vereda de su casa. Un día después de su desaparición, Mercedes fue hallada sin vida por parte de sus familiares en una vivienda abandonada a pocos metros de su casa. Inmediatamente efectivos policiales emprendieron la investigación para dar con el autor del crimen y develar cómo sucedieron los hechos. Un nuevo episodio de inseguridad enluta Tucumán y, a diferencia de otros, el caso Figueroa produjo en los tucumanos sentimientos encontrados y en las autoridades de la provincia “un lavado de manos”.
Horas después de haberse encontrado el cuerpo de la niña, Beatriz Rojkés de Alperovich manifestó en una entrevista que los culpables del hecho son sus familiares ya que no estuvieron pendientes de la pequeña. Asimismo agregó que “el señor Estado no puede estar al lado de la familia borracha”.
Las palabras de la senadora nacional provocaron malestar en diversos sectores gubernamentales y en la sociedad. Más allá de esto aparece una pregunta: ¿es difícil para las personas asumir sus fallas sin la necesidad de culpar a otros?
Desde hace ocho años el gobierno actual se dedicó a la instalación de cámaras de seguridad por doquier, como también a la incorporación de personal policial que a la hora de estar trabajando se encuentra en plena comunicación telefónica. Todas las unidades tecnológicas se encuentran ubicadas en las zonas céntricas, dejando olvidados a los sectores más vulnerables de la ciudad, donde existe la mayor cantidad de delincuencia producto de las drogas y el alcohol.
Las autoridades deberían tomar conciencia y asumir que las políticas de seguridad ciudadana implementadas durante el último tiempo fueron un fracaso, ya que estas solo apuntan a proteger a determinados sectores. Es necesaria la ejecución de políticas públicas que apunten a combatir la problemática de las drogas en la provincia, lo cual se vería reflejado en la disminución de la delincuencia. Respecto a este último tema, Tucumán todavía no tiene un centro de rehabilitación público destinado a la recuperación de los jóvenes con algún tipo de adicción.
Cabe destacar que la primera dama provincial, mediante un comunicado de prensa, pidió disculpas por sus dichos a los familiares de Mercedes y la sociedad tucumana. Aún así no se asumió que la inseguridad es producto del mal trabajo que se lleva adelante tanto desde el Estado como desde la institución de la Policía.
Exequiel Reinoso
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