Operativo Independencia: contrapuntos
“El señor Albornoz no perdió la dignidad acá, sino que la perdió cuando hizo lo que hizo”. La frase salió de la boca de la abogada querellante Inés Lugones. Con voz tranquila la letrada respondió al pedido de separación del imputado Roberto 'el Tuerto' Albornoz realizado por la defensa oficial. Según había argumentado Adolfo Bertini, miembro del Ministerio Público de la Defensa, Albornoz ya es un hombre mayor, que está muy enfermo y que además cuenta con cuatro condenas a prisión perpetua, por lo tanto no debía ser juzgado nuevamente. “Goza de muy buena salud”, aseveró la querellante y recordó el momento en que se levantó e increpó a una testigo víctima mientras declaraba en la megacausa Villa Urquiza. Cuando Lugones terminó de hablar, familiares de las víctimas que escuchaban en la sala la aplaudieron y levantaron los carteles con los rostros de los desaparecidos.
Los planteos de las defensas, tanto oficiales como particulares, se escucharon a lo largo del día jueves. El viernes fue el turno de la fiscalía y de las querellas de contraponer argumentos ante esos pedidos. Separar imputados fue una de las solicitudes de los miembros del Ministerio Público de la Defensa. Que por el estado de salud, que porque ya fueron juzgados; las respuestas no se hicieron esperar. Luis Santucho, otro de los abogados querellantes, hizo hincapié en la importancia de la presencia de los imputados. “Tenemos la esperanza que hablen, que cuenten, que digan. Que permitan que los familiares puedan llevarles una flor”, dijo Santucho.
Los planteos de la defensa fueron más de una veintena. Fueron desde la nulidad de la acusación fiscal en su totalidad hasta el pedido de que la ex presidente María Estela Martínez de Perón sea citada a declarar. “Tengo la sensación que al no imputarla ni citarla a declarar como testigo se la está tratando de proteger por pertenecer al Partido Justicialista”, despachó en su momento Facundo Maggio, defensor de Francisco Orce. “Para nosotros está mal hecho el planteo”, respondió a su turno el fiscal Pablo Camuña, quien aseguró que desde el Ministerio Público Fiscal se sostuvo su imputación hasta la última instancia posible porque la consideran responsable de todos los delitos cometidos bajo su presidencia. “La razón por las que no fuera citada a este proceso ya no existe”, explicó el fiscal que apoyó el pedido de toda la parte defensora para que 'Isabelita', como se llamara a la ex presidente, se presente como testigo. “Ella tiene que estar aquí sentada. Ella pidió la aniquilación”, había dicho Julieta Jorrat que representa a dos imputados: Luis Figueroa y José Cuestas. El único que no estuvo de acuerdo en que Martínez de Perón sea llamada a declarar como testigo fue Emilio Guagnini. “Si hay alguna circunstancia por la que debe estar aquí es como imputada”, señaló el abogado.
Desde el inicio de este juicio quien está como fiscal ad hoc es Agustín Chit. Este jueves se sumó en ese mismo rol Julia Vitar. Esta designación fue ampliamente cuestionada por todos los abogados de la defensa. “Los fiscales no los puede elegir la defensa”, sostuvo Camuña cuando tuvo que responder a la recusación planteada por los defensores. Cuestionados por su capacidad para mantener la objetividad en el proceso, los fiscales rechazaron los argumentos asegurando que en su desempeño profesional no existe ningún encono personal.
La recusación a los jueces implicaría empezar el juicio de nuevo. “Para nosotros no hay ningún planteo, ninguna cuestión que impida que el juicio avance”, sostuvo Camuña. La resolución a este contrapunto de planteos realizados entre jueves y viernes, se conocerá el jueves 19. Quizás entonces los imputados decidan hablar respecto a los delitos que se les endilgan. Posiblemente después de terminada esa instancia de comienzo, por fin, las primeras declaraciones testimoniales. Los testigos de contexto son aquellos que no se concentrarán en ningún caso en específico. Testigos generales también se les llama, y se espera que echen algo de luz a ese año en el que el genocidio fue perfeccionando sus tácticas de exterminio.
De un lado, las defensas con once de los 19 imputados sentados atrás. Del otro, los fiscales y las querellas con, ahora, 271 historias que una a una irán llenado de imágenes y de percepciones cada recoveco de esa sala. 1400 testimonios se estima que serán escuchados. Y la esperanza que al final de este año y medio de audiencias algunas verdades sean públicas. Y el deseo que las idas y vueltas entre un lado y el otro sirvan para alcanzar esa justicia tan esperada y tan buscada.