Palabras quedan: Maurice Jeger
Martha Amelia Ortiz Malmierca es Boñi para sus amigos. Maurice era uno de ellos, a quien recuerda entre libros y risas, para quien "la vida era hermosa cada día, pase lo que pase". Desde lejos, echando mano al recuerdo, Boñi cuenta :
"Maurice Jeger era un hombre bueno, dulce y fantasioso. Transformaba la realidad, a veces dura, en alegría con solo imaginarla. El amor a la literatura lo llevó a poner con dos amigos, Sarita Radusky y Carlos Navarro, una librería que se llamó Bestseller. Allí no solo vendía libros, a lo mejor era lo que menos hacía, sino que guiaba a sus clientes sobre lecturas y autores. Su negocio era un cenáculo donde nos reuníamos los amigos para tomar un café o una copa de vino y charlar sobre literatura, con el gran mural de Ernesto Dumit como escenario.
"Tema recurrente eran la lengua y la literatura francesa. Muchas veces nos acompañaban profesores de la Facultad de Filosofía y Letras, como Edmundo Concha, que hacían deliciosos a los encuentros. Así nuestras mentes paseaban por Paris, ciudad a la que todavía no conocíamos pero que ya nos era cotidiana por el arte de las conversaciones. Maurice nos iniciaba en la música popular francesa de posguerra como la de George Brassens, de la que era un erudito. Eran años de despertares y no solo hablaba de la cultura europea sino que estaba atento a los acontecimientos a los que acompañaban los artistas. El disco La piel del pueblo de Pepe Nuñez apareció para saciar nuestra sed y Maurice estaba presente. Difundir esta obra desde su librería fue casi una obsesión. Aquel verano vendió cientos de discos.
"Como aquel Camilo de Pepe, mi amigo anda diciendo 'no he muerto, nunca quise que me conviertan en nada, cuando me recuerden, quedará mi sombra como una bandera'".
Maurice Jeger nació en Francia en 1938. En los años 50 llegó a la Argentina junto a su familia y algunos años más tarde se instaló en Tucumán. Fue corrector de pruebas en el diario La Gaceta y librero en la librería Bestseller que fundó junto a dos amigos. El 8 de julio de 1975, a la edad de 36 años, fue secuestrado junto a su compañera Olga Cristina González, embarazada de 4 meses, de la casa que ambos compartían. Desde entonces nada se sabe de ellos. Su caso es uno de los tantos que integran la Megacausa Operativo Indepencia que se lleva a cabo todas las semanas en el Tribunal Oral Federal (TOF) en nuestra provincia.