A 48 años de la Noche del Apagón en Ledesma
Durante la semana del 20 al 27 de julio de 1976, los cortes de luz dieron paso a la oscuridad por las calles de Libertador General San Martín, El Talar y Calilegua y otras localidades del departamento Ledesma, en Jujuy. Una oscuridad en la que alrededor de 400 personas fueron secuestradas, torturadas y desaparecidas por la Policía de Jujuy, la Federal, el Ejército y la Gendarmería.
Los secuestros contaron con la colaboración del ingenio Ledesma, que en ese entonces estaba a cargo del empresario Carlos Pedro Blaquier y su administrador Alberto Lemos. Trabajadores, dirigentes sindicales, militantes y estudiantes eran arrojados dentro de vehículos que tenían el logo del ingenio azucarero, para luego ser llevados al Centro Clandestino de Detención Guerrero.
“Fue tan terrible mi secuestro en los cinco meses que pasé”, dijo Hilda Figueroa, sobreviviente de los apagones en Ledesma. A sus 67 años y con una muleta a cuestas, la mujer se presentó en la sala de audiencias del Tribunal Oral Federal en Tucumán para declarar en el juicio por la megacausa Jefatura III, en septiembre del año pasado. “Estoy extrañamente perdiendo la voz”, le dijo a la jueza María Noel Costa. Pero eso no le impidió contar, una vez más, su historia.
Hilda fue secuestrada por primera vez en 1975, en Tucumán. Para aquel entonces tenía 18 años, estudiaba derecho y estaba de novia con Mario Russo, quien también fue secuestrado. Ambos fueron llevados a la Jefatura de Policía de la provincia. Hilda estuvo tres días privada de su libertad, sin comer y durmiendo en el suelo. Cuando fue liberada regresó a Jujuy. “A Mario no lo volví a ver nunca más”, declaró.
El segundo secuestro fue el 20 de julio de 1976 en Jujuy, durante los apagones. Esa noche se encontraba con su hermana. La llevaron al Centro Clandestino de Detención Guerrero, donde estuvo 15 días. Luego fue trasladada al penal de Gorriti, allí fue víctima de torturas y golpes por cinco meses. “A mí no me trasladaron como a las demás presas políticas y terminé quedando sola en el pabellón. Fue tan terrible lo que pasé que me olvidé de este episodio”, dijo. Mientras avanzaba su declaración, su voz comenzó a aclararse como si por fin sacara aquello que la atormentó por años.
“Hasta hoy, no puedo comprender cómo pueden haber hecho esas cosas conmigo”, sostuvo Hilda cuando finalizó su declaración. Las emociones no tardaron en aparecer. Tomó un sorbo de agua, agradeció a los presentes por escucharla y se fue.
Una larga espera de justicia
En diciembre del 2022 finalizó el juicio conocido como “Megacausa Jujuy”. 19 de los 20 imputados, entre exmiembros del Ejército y de fuerzas de seguridad fueron condenados por más de 300 delitos de lesa humanidad, cometidos tanto durante la semana de los apagones como antes y después de la misma.
Para los responsables empresariales la historia fue distinta. En 2012, Blaquier y Lemos fueron procesados por delitos de lesa humanidad posteriores al golpe de estado de 1976 y en la Noche del Apagón. Sin embargo, en 2015 la Cámara Federal de Casación Penal revocó los procesamientos por “falta de mérito”. Seis años después, la Corte Suprema de Justicia de la Nación revocó el fallo de Casación.
En 2023, Blaquier murió impune mientras la Justicia esperaba nuevos estudios médicos para determinar si estaba en condiciones de afrontar un juicio penal. Hoy el único imputado es Alberto Lemos y aún no hay fecha de juicio.
48 años después de la Noche del Apagón en Ledesma, 33 personas continúan desaparecidas, los familiares de las víctimas y sobrevivientes, como Hilda Figueroa, siguen levantando las banderas de Memoria, Verdad y Justicia.