A 50 años del Operativo Independencia: Tucumán vuelve a mirarse en el espejo de su pasado
foto: bruno cerimelle
Este 5 de febrero se cumplen 50 años del inicio del Operativo Independencia, el plan militar que marcó el comienzo de un genocidio sistemático en Argentina, con el respaldo de un decreto presidencial. Fue mucho más que un operativo contra la guerrilla rural del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP): se trató de una maquinaria de desaparición, tortura y muerte que destruyó comunidades enteras, profundizó desigualdades estructurales y dejó heridas que todavía duelen.
Después de tantos años de lucha queda claro que ‘Nunca más’ es mucho más que una consigna: son los organismos de Derechos Humanos que resistieron y resisten con acciones concretas cada intento de retroceso u olvido. En ese camino es que, en Tucumán, se preparan una serie de actividades para recordar el inicio del terrorismo de Estado.
Con actividades en lugares de referencia como Famaillá, Santa Lucía, Tafí Viejo y San Miguel de Tucumán, se conmemorará el inicio del plan sistemático de secuestros, torturas, desaparición y asesinatos ordenados a través del decreto 261 firmado por la presidenta María Estela Martínez de Perón el 5 de febrero de 1975. Un periodo que dejó como consecuencia un saldo de más de 800 víctimas y 80 centros clandestinos de detención.
La primera actividad tendrá lugar el miércoles 5 en el Espacio de Memoria Escuelita de Famaillá, donde funcionó el primer Centro Clandestino de Detención del país. Allí, a partir de las 17, sobrevivientes, familiares de desaparecidos, organismos de derechos humanos, académicos y activistas se reunirán para encender la memoria. "Lo dijeron las víctimas. Fue sentencia de la justicia. Es historia. Operativo Independencia, el comienzo del genocidio", reza la consigna que articula las actividades previstas, que se extenderán hasta el 17 de febrero. Actividades todas que cuentan con el apoyo de la Universidad Nacional de Tucumán y otros actores institucionales y son una resistencia frente al avance del negacionismo.
De la Escuelita de Famaillá al Tribunal Federal
La agenda conmemorativa no es solo un acto de memoria; también es un pedido de justicia. El miércoles 5 de febrero se realizará un acto público en la Escuelita de Famaillá que incluirá muestras fotográficas, música y testimonios de sobrevivientes. El viernes 7, la atención se trasladará a Tafí Viejo, donde la represión golpeó especialmente a los trabajadores de los Talleres Ferroviarios. El sábado 8, Santa Lucía será el epicentro de las actividades, recordando el rol del ex Ingenio Santa Lucía como base militar.
foto: elena nicolay | la palta
El cierre tendrá lugar el 17 de febrero frente al Tribunal Oral Federal de San Miguel de Tucumán. Allí, sobrevivientes y familiares de víctimas exigirán que se fije fecha para el juicio contra los exdirectivos del Ingenio La Fronterita, acusados de complicidad en delitos de lesa humanidad. "Los sobrevivientes se están muriendo sin justicia, mientras los empresarios responsables mueren impunes. Rechazamos este punto final biológico", claman los organismos.
El inicio del terrorismo de Estado: el decreto que encendió la maquinaria del terror
El 5 de febrero de 1975, María Estela Martínez de Perón firmó el decreto N.º 261, que ordenó al Ejército ocupar militarmente Tucumán con el objetivo de “aniquilar a los elementos subversivos”. En pocos días, unos 5.000 efectivos se desplegaron en el territorio, transformando la provincia en un laboratorio del terror. Lo que comenzó como un operativo de contrainsurgencia se convirtió en el germen de un plan genocida que más tarde se extendió a todo el país con el golpe de Estado de 1976.
Los números son estremecedores: más de 800 víctimas, cerca de 80 centros clandestinos de detención y un legado de dolor que aún resuena en las familias y las comunidades. El Operativo Independencia no solo apuntó contra la guerrilla, sino también contra trabajadores, estudiantes, militantes políticos y religiosos, y particularmente contra los gremios azucareros, cuyas luchas representaban una amenaza al poder económico y político de la época.
Resistir el olvido
En un contexto político donde el negacionismo gana terreno y las políticas de memoria son desarticuladas, conmemorar el Operativo Independencia es mucho más que recordar; es luchar por una narrativa crítica que desafíe los intentos de justificar lo injustificable. Tucumán fue el epicentro de un experimento de terror que se convirtió en modelo para el resto del país. Recordarlo no solo honra a las víctimas, sino que también advierte sobre los peligros de la desmemoria.
El pasado, aunque distante, nunca se termina de ir. Y, en Tucumán, la historia todavía tiene cuentas pendientes.