La justicia para Marita cada vez más cerca
El juicio por el secuestro y desaparición de Maria de lo Angeles Verón está llegando a su final, no así su búsqueda incansable encabezada por su mamá, Susana Trimarco. Nueve meses lleva este juicio, fruto de años de investigación, que tiene 13 imputados acusados de la privación de la libertad, secuestro y promoción a la prostitución. Esta carátula o figura legal debió ser así ya que la ley de trata se sancionó en el año 2008 y Marita fue secuestrada en el año 2002.
Fue un juicio largo, en ocasiones producido por las maniobras dilatorias por parte de los abogados defensores que hicieron que se retrase aún más el juicio. Muchas fueron las pruebas que presentó la querella, varias de ellas testimoniales de víctimas de trata que contaron su calvario y vieron a Marita Verón. “Hay veces que no se respetó a las víctimas a la hora de sentarse y declarar, teniendo en cuenta las graves consecuencias psicológicas que conlleva sentarse a contar lo que vivieron, frente a sus verdugos y el tribunal (...) falta concientización de los agentes judiciales y algunos abogados defensores (...) esto es una observación para que en próximos juicios se tenga en cuenta”, comentó a La Palta Agustín Aráoz Terán, abogado de la Fundación María de los Angeles.
La semana pasada los imputados tuvieron la oportunidad de hablar por última vez durante el juicio y algunos de ellos abusaron de este derecho en el sentido de pretender alegar, hecho que corresponde a la defensa técnica.
Se espera que la primera semana de diciembre se dicte sentencia para los imputados, hay mucha expectativa al respecto por parte de Susana Trimarco, los integrantes de la Fundación, y la sociedad en general. Tanto la querella como el ministerio público pidieron 25 años de prisión para cada uno de los imputados.
Este juicio histórico marca un antes y un después en la lucha contra la trata de personas. Demostró, entre otras cosas, cómo se manejan por dentro estas redes mafiosas de prostitución. Además la trascendencia que tuvo el juicio tanto a nivel nacional como internacional ha hecho que la sociedad civil se comprometa y denuncie, lo que se constata en la Fundación porque más personas llaman y aportan datos de prostíbulos y de personas desaparecidas que antes no se animaban a denunciar.
Si bien en el juicio no se logró obtener mayor información sobre el paradero de Marita, sí hubo personas que se acercaron brindando información sobre su paradero, algunos datos más certeros que otros, según comentaba Aráoz Terán.
La esperanza de que Marita aparezca con vida se sigue albergando y la lucha no termina con el juicio sino que comienza una nueva etapa con fuerzas renovadas.
Marianella Triunfetti
mtriunfetti@colectivolapalta.com.ar