Mujer que dice ¡Basta!
“Eva no quiere ser para Adán la paridora pagada con pan (…) Eva sale y remonta vuelo, Eva deja de ser costilla.”Silvio Rodríguez
Mujeres. Generaciones educadas y educadoras para ser costillas del hombre. Para estar a su servicio, para casarse para toda la vida. Para entender, para callar.
La mirada del rol de la mujer ha cambiado, sin lugar a dudas, fruto de procesos históricos donde su accionar, su organización y compromiso fueron motores de ese cambio. Los derechos defendidos y ganados, dejando incluso la vida en ello, hoy son reconocidos y son parte de políticas públicas cada vez en más lugares del mundo. La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer de la Asamblea General de las Naciones Unidas establece en su primer artículo que "por 'violencia contra la mujer' se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada". Es así, entonces, que desde su forma más sutil hasta su manifestación más evidente, la violencia contra la mujer debe ser eliminada. De hecho, en 1993 en esa misma Asamblea, se reconoció que era necesaria "una clara declaración de los derechos que se deben aplicar para asegurar la eliminación de toda violencia contra la mujer en todas sus formas, y un compromiso de los Estados y de la comunidad internacional en general para eliminar la violencia contra la mujer".
Hoy por hoy los medios de comunicación difunden los lugares y las líneas telefónicas en las que se puede hacer la denuncia ante los hechos de violencia. Organismos públicos y privados disponen de áreas en las que se defienden y velan por el cumplimiento de los derechos de la mujer. Que acompañan y asesoran a las mujeres cuyos derechos se ven vulnerados, que forman y sensibilizan sobre la temática en los diferentes ámbitos sociales. Pero recorrer esos espacios, conseguir la efectiva protección ante casos extremos o no tanto, a veces no parece estar tan al alcance de la mano. Sobre todo cuando los otros derechos, los más generales, los Derechos Humanos, han sido hartamente vulnerados.
“Él ha cambiado mucho, pero yo ya no quiero seguir a su lado. No me quiero exponer a que un día se vuelva a poner loco. Por mi hija, por mí. No quiero”, dice con firmeza MC. Su deseo está puesto en dejar la casa que comparte con el hombre del que una vez se enamoró. Dejar lo más atrás posible los años de sometimiento y de dolor. Busca ayuda para dar el próximo paso en su decisión de decir ‘basta’. Ahora sale, trabaja, quiere terminar la escuela primaria. “No te digo seguir hasta el terciario porque no sé, pero la primaria y la secundaria sí”, dice mientras sostiene la mano de su hija de 13 años. La decisión está tomada, asegura, pero siente que no puede sola. Asesoramiento psicológico, dice ella, porque entiende que hay lazos que tiene que romper y/o reconstruir desde otro lugar.
MC es una de las tantas mujeres que buscan salir de un círculo de violencia. Que ya empezó el camino en esa dirección y que reconoce que no fue fácil hacerlo. “Tampoco es fácil seguir ahora. Lleva tiempo darse cuenta y más tiempo decir ‘ya no más’”, advierte. Como ella muchas otras mujeres han pasado o están pasando por este proceso de ‘liberación’. De liberación de la opresión del hombre, de los prejuicios propios y ajenos. Muchas otras todavía no se animan o sienten que no pueden.
La violencia de género no se circunscribe a ninguna clase social, a ningún ámbito específico. “Dejar de ser costilla” es mucho más que una decisión. Pero por algún lado se empieza. Decidir que no se quiere ser la que le pone el cuerpo y el alma para que el otro descargue sus frustraciones no es una determinación que se toma de un día para el otro. Saber que no se está sola en ese proceso es fundamental para empezar a mirar en esa dirección y seguir ese camino.
Gabriela Cruz gcruz@colectivolapalta.com.ar