Poner en crisis el lenguaje para lograr un cambio
Los y las periodistas tienen la posibilidad y la responsabilidad, desde su tarea cotidiana, de contribuir a la modificación de estereotipos e imágenes negativas, mutando a construcciones que permitan ver a todas las personas como ciudadanas con iguales derechos y como protagonistas sociales valiosas y relevantes en el desarrollo de las sociedades.
Claudia Florentín (1)
El debate de objetividad sí/objetividad no en el ámbito de la actividad periodística ha sido superado hace tiempo. Hay una aceptación generalizada sobre la imposibilidad de una objetividad en la tarea. Esto se debe que hasta en la más ‘pura’ descripción de un hecho, el o la periodista utiliza una serie de instrumentos y recursos técnicos donde, inevitablemente, actúa la subjetividad. Esta puede presentarse en forma deliberada o como consecuencia de la naturalización de los discursos ideológicos que atraviesan la sociedad. En los medios de comunicación y en la calle permanentemente se libran batallas culturales en donde se disputa la hegemonía. Muchas veces el botín se convierte en la naturalización de ciertos discursos que pretenden mantener un orden que contribuye, por ejemplo, a la desigualdad entre hombres y mujeres. Aunque también están los otros casos, los que procuran hacer un quiebre con esos discursos y romper con una tradición que se sabe fuerte.
Muchas organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres vienen trabajando desde hace tiempo el eje de la comunicación no sexista. Y si bien la comunicación existe más allá de los medios, el análisis empieza ahí porque, justamente, se tiene en cuenta las tensiones que son parte de la actividad periodística y el papel que juegan como formadores de opinión pública. “Lo que planteamos es la importancia que cumplen los medios en la formación de pensamientos, de cultura. También en el uso del lenguaje. No es un elemento inocente, sino que plantea y ejerce una función muy específica en la construcción de nuestra cultura”, dijo Victoria Zorat, militante de la organización Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumala), respecto al trabajo que desde el año pasado vienen realizando en algunas radios de la provincia, al generar espacios que proponen una mirada crítica y una perspectiva de género en el tratamiento de los temas.
Desde Mumala plantean la comunicación no sexista como una herramienta fundamental para pensar la violencia de género o las desigualdades que hay entre hombres y mujeres. Muchas veces, explica Victoria, “se tiende a argumentar que el lenguaje es una lucha sin sentido y que hay cosas más importantes por las que luchar”, pero insiste en que es un punto de partida crucial, porque es el lenguaje el que atraviesa todas las construcciones sociales. En Argentina el avance en esta materia se ha dado en el ámbito legal. Así, la ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, establece en su Artículo 3: “Promover la protección y salvaguarda de la igualdad entre hombres y mujeres, y el tratamiento plural, igualitario y no estereotipado, evitando toda discriminación por género u orientación sexual”. Por otra parte, la ley 26.485 de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que se desarrollan sus relaciones interpersonales, tiene como uno de sus objetivos “garantizar la remoción de patrones socioculturales que sostienen la desigualdad de género” y establece como una modalidad de violencia, la mediática. Esta es entendida como cualquier tipo de publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipadas (…) en medios masivos de comunicación. Sin embargo, Victoria asegura que falta muchísimo para que los medios y sus periodistas, realmente, logren construir los mensajes con perspectiva de género. Esta es una decisión política, de transformación de los cimientos mismos de patrones culturales que se encuentran naturalizados.
Yanina Muñoz, coordinadora provincial de Mumala, dice que comunicación no sexista “no significa solamente dar más información sobre lo que le pasa a las mujeres en días reivindicativos, por ejemplo, [sino] tener otra mirada sobre muchos hechos que pasan en la realidad y que están atravesados por mujeres”. En este sentido, son reveladores los resultados arrojados por el último Monitoreo Mundial de Medios realizado en 2009 y publicado en 2010 (2), donde más de 100 países estuvieron bajo la mira. Coordinado por la Asociación para la Comunicación Cristiana (WACC, por sus siglas en inglés), la investigación reveló que “el mundo del que se informa en las noticias es fundamentalmente masculino. Las notas periodísticas tuvieron dos veces más probabilidades de reforzar los estereotipos de género en lugar de cuestionarlos y las notas que abordaron la (des)igualdad de género fueron prácticamente inexistentes”. El próximo Monitoreo Mundial de Medios se realizará este 2015, una oportunidad para ver, en Argentina, de qué manera la amplitud en materia legal ha impactado en el tratamiento de las noticias.
Victoria y Yanina no son optimistas en cuanto al proceso de incorporación de una perspectiva de género en los medios de comunicación. “Los medios hacen hincapié (…) en detalles morbosos y no hablan de las causas y lo que generan los estereotipos de la mujer o de la problemática en sí”, dijo Muñoz aludiendo a cómo, por ejemplo, la vida privada de una niña o mujer víctima de violencia se convierte en el eje central de las noticias, sin profundizar en las causas que estas violencias tienen como sustento. “La comunicación no sexista o el enfoque de género de los temas que se dan en los medios de comunicación tienen que trascender. Que cambien el modo en que esas noticias se tratan es el objetivo de llegar a una comunicación no sexista o a que los medios tengan un enfoque de género”, agregó.
Victoria planteó que hay muchas formas de hacer otra narrativa y combatir ese “machismo que tenemos aprehendido desde que somos chicos”. Tal vez hay pocas o nulas maneras de acceder allí donde se cocinan las noticias, pero existen experiencias que intentan generar un cambio en la manera de concebir el problema de la violencia y las desigualdades de género. Al respecto contaron sobre la experiencia de producir libros de cuentos para niños donde el objetivo fue terminar con el estereotipo de la princesa en apuros, des-construir formas de dominación que se naturalizan apenas se empieza a razonar. Este trabajo fue realizado por mujeres militantes de Mumala de otras provincias.
A pesar de lo difícil de la tarea de producir cambios profundos y transformadores en la actividad, sí existen periodistas que comunican con perspectiva de género. Estos discursos, que pueden considerarse subalternos, pueden producir un quiebre en la continuidad de estructuras de poder de bases machistas. La tarea de concientizar a periodistas y escritores no debería ser un objetivo solo de las organizaciones de mujeres. La perspectiva de género, como pata del trabajo por los derechos humanos, debería ser parte de la educación, desde la escuela hasta las universidades, y política de los medios de prensa. La amplitud en materia legal debería ir en paralelo con políticas de estado sostenidas en el tiempo. Pero como toda conquista en materia de género, el camino es difícil y las estructuras a cambiar, sólidas.
(1) http://www.waccglobal.org/articles/construyendo-comunicacion-no-sexista#sthash.i2KGDbt2.dpuf
(2) ¿Quién figura en las noticias? Proyecto de Monitoreo Global de Medios 2010, Informe regional. Bajo licencia Creative Commons, Attribution-NonCommercial-NoDerivs. Este proyecto, que se realiza desde 1995, es la investigación mundial más amplia y de mayor trayectoria que aborda el tema de género en medios noticiosos.