La Palta

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Nada que agradecer. La restitución de derechos y la militancia organizada

Fotografía de Ignacio López Isasmendi

La semana pasada se conoció que más de 3500 personas trans y travestis fueron incorporadas al programa nacional Potenciar Trabajo, dependiente de la Secretaría de Economía Social. De  ese número, más de 200 personas inscritas son tucumanas. “Esto no hubiera sido posible sin el trabajo territorial que llevamos adelante casi una decena de organizaciones sociales”, dice Leandro Rodríguez Varela integrante del Frente Nacional por la Igualdad del Movimiento Evita. “La provincia tiene sus particularidades y desde todas las organizaciones del colectivo LGBT hemos aunado esfuerzos para que se pueda implementar en todas las localidades, sobre todo en aquellos lugares donde suele ser mucho más difícil el acceso a internet y la carga de un formulario online”, destaca el militante.

El programa Potenciar Trabajo tiene como objetivo el acceso a la terminalidad educativa formal, certificación en oficios, estímulos a emprendimientos productivos y el mejoramiento progresivo de los ingresos de personas en situación de alta vulnerabilidad social y económica. “La comunidad trans y travesti es una de las más vulnerables y eso quedó más que claro con este contexto de pandemia y de aislamiento social obligatorio”, señala Marcia Albornoz, trabajadora social y activista trans. “Es por eso que este programa es política pública de restitución de derechos y no una dádiva que haya que agradecer”, agrega Albornoz que actualmente desempeña su profesión en el municipio de Tafí Viejo.

El trabajo previo que cada una de las organizaciones viene realizando desde hace mucho tiempo sentó las bases para que esta oportunidad que ofrece el programa nacional sea aprovechada. “Apenas se empezó a implementar el aislamiento obligatorio, las diferentes organizaciones sociales que trabajamos con las problemáticas de la población trans nos pusimos en contacto y empezamos a articular para estar al tanto de las realidades y necesidades en las diferentes zonas de la provincia y buscar soluciones entre todes”, cuenta Leandro. Uno de los principales trabajos ante este contexto fue resolver la emergencia que surgió de la imposibilidad de salir a trabajar de una población que vive de lo que gana en el día. “Se hizo necesario y urgente organizarse para recolectar mercadería para armar módulos. Esto dio pie a que se formen nuevos colectivos como Trans Unidas Tucumán que se sumaron a los grupos en los que ya veníamos trabajando”, explica el militante, que insiste en que ese trabajo territorial marca la diferencia cuando el Estado decide implementar políticas públicas. 

El ejemplo más claro de lo que señala Rodríguez Varela está en la base de datos que hicieron para poder operativizar la ayuda de módulos alimentarios. Con una experiencia similar se encontró Marcia Albornoz en Tafí Viejo donde, hace más de un año, se implementa el Programa de Emergencia Alimentaria (PEA) dependiente de la Secretaría de Promoción Social y Desarrollo inclusivo. Para este programa municipal se realizó un relevamiento que permite conocer la situación de la población trans y travesti y tener una especie de censo ya avanzado para la efectivización del Potenciar Trabajo.

Cada vez que se habla de una política pública destinada a la población LGBTI, los sectores conservadores se oponen aduciendo un beneficio discrecional. Sin embargo, lo que estos sectores deciden ignorar son las desigualdades y vulneraciones de derechos estructurales a las que esta comunidad fue sometida. “Somos la única población con un promedio de vida de 35 años. Se nos negaron derechos fundamentales como el de la identidad, el de tener una familia, el derecho de acceder, permanecer y terminar el sistema educativo, el de tener un trabajo digno. Se nos ha violentado de todas las maneras posibles e imaginadas. Así que esto no es un favor. No tenemos nada que agradecer. Esto es restitución de derechos y el Estado por fin se está haciendo cargo de una deuda histórica con la población trans”, remata Marcia Albornoz. 

“Sin el trabajo colectivo, articulado y de muchos años que venimos haciendo esto no sería posible. El Estado hoy nos escucha, pero nos escucha porque decidimos salir a luchar por lo que nos corresponde y es una gran satisfacción ver que compañeres que no tenían acceso a internet fueron dadas de alta y hoy pueden tener un alivio y una proyección”, dice Leandro que desde el Movimiento Evita y junto a organizaciones como 100% Diversidad, Transformando Familias, ATTTA-Tucumán (Asociación de Travestis Transexuales y Transgéneros de Argentina), la agrupación Tucumán Peroncha, la Biblioteca Ayelén y Trans Unidas Tucumán, pusieron su esfuerzo y trabajo militante para que el programa nacional se implemente lo más efectivamente posible.