Juicio por Ana Picone: alegatos finales
El juicio por instigación al suicidio de Ana Picone, que tiene como imputado a su expareja Gerardo Bazán, se encuentra en la recta final. Familiares y amistades de Ana llenaron la sala de audiencias para escuchar los alegatos finales de las partes.
Durante tres semanas de audiencias, diferentes testigos, entre profesionales y allegades de Ana, dejaron en evidencia el contexto de violencia de género en el que la víctima estaba inmersa."Consideramos que Gerardo Bazán provocó, con sus actos y acciones, que Ana Picone se quitara la vida", sostuvo el abogado querellante Antonio Lucena, en sus alegatos.
Para la querella quedó acreditada la situación de vulnerabilidad en la que se encontraba Ana, los celos desmedidos por parte de Bazán haciendo cambiar hasta su forma de vestir, las constantes humillaciones que recibía por parte del imputado que la hicieron perder la confianza en sí misma.
"Se le preguntó a la licenciada Ortega Córdoba (encargada de realizar la autopsia psicológica), si surge en su informe alguna persona, por fuera de Bazán, que pudiese haber provocado que Ana llegue a una crisis de angustia y tensión. La licenciada dijo que no", afirmó el abogado. Sostuvo, además, que la relación que Ana mantenía con su madre y sus hermanos era buena, que era la consentida del hogar al ser la única mujer de la familia y que acudía a su madre cada vez que sufría agresiones de su expareja.
Durante el juicio, una de las pruebas presentadas fueron los chats de Ana con el imputado. En los mensajes Bazán manifestaba que iba a dañarla psicológicamente, que había entregado su vida al diablo para que Ana muriera y que era eso lo único que quería. "Hemos probado en el juicio que Bazán cumplió la promesa que le hizo en los mensajes que le envió y que Ana tuvo que resguardar mediante capturas de pantalla por miedo", dijo el fiscal Ignacio López Bustos.
"No había desigualdad de poder, eran iguales", afirmó la abogada defensora Silvia Furque. Para la defensa la instigación no quedó comprobada. Para esta parte, los innumerables mensajes, los insultos y el control constantes que ejercía Bazan sobre Ana, no son prueba suficiente. Tampoco lo son la palabra de los diferentes testigos que pasaron por la sala y que declararon ver a Ana con marcas de golpes en su cuerpo, incluso cuando estaba embarazada.
Pedidos de pena
Tanto la fiscalía como la querella solicitaron la pena de cuatro de años de prisión para Gerardo Bazán por haber instigado al suicidio a Ana Picone. Por su parte, la defensa pidió la absolución del imputado.
A casi dos años de la muerte de Ana, su familia busca un poco de justicia. Hoy, finalmente, se conocerá la sentencia.