Orgullosamente libre: la historia de un niño trans
Por Ema Farfán.
En el 2012 se sancionó la Ley 26.743 de Identidad de Género. Una ley conquistada por la lucha incesante del colectivo trans en pos de una vida más libre y con igualdad de derechos. A partir de ella, en Argentina, toda persona tiene derecho al reconocimiento de su identidad, al libre desarrollo de su persona, a ser tratada de acuerdo a su identidad de género y a ser identificada de ese modo.
Exequiel Marcelo Heredia es el protagonista de esta historia. Tiene 14 años y una personalidad avasallante que deja sin palabras. Su historia se remonta tres años atrás, cuando aún se encontraba en quinto grado de la escuela primaria. En ese momento, tuvo la necesidad de hablar con su mamá y explicarle que no se sentía cómodo en el cuerpo de una nena. Esto le generó mucha ansiedad y nerviosismo, porque no quería que su mamá se sintiera mal al no poder comprarle más vestidos.
Un día tomó coraje y pudo expresar todo aquello que sentía. Sin tapujos, sin miedo al rechazo. Del otro lado encontró un abrazo y la contención de una madre que, hasta el día de hoy, lo sigue acompañando en su proceso. Pasaron pocos años, pero él lo siente una eternidad. No fue fácil, tuvo que enfrentarse a muchos obstáculos y a situaciones fuertes.
La contención y acompañamiento de su familia fue fundamental. Fueron los que lo acobijaron en noches de miedo y llanto. Los que lo abrazaron cuando creía desistir. Los que lo escucharon y aconsejaron cuando lo invadía la mala energía de muchas personas que no entendían lo que estaba pasando.
Con una sonrisa de oreja a oreja, Exequiel cuenta: “Fue hermoso terminar el año de escuela siendo lo que me sentía: un niño. La aceptación de mis maestras y compañeros, la misa de egresados, la cena de fin de ciclo vestido tal cual como quería, fue un sueño. Mi mamá lo había hecho todo en el registro de la escuela. Luego de pasar por psicólogos y diferentes reuniones respetaron la Ley y mis derechos”.
Exequiel también expresa lo importante que fue el trámite en la obra social “porque era un bajón ir al médico y que me nombren como no me sentía. La gente te mira raro porque nombran a una nena, pero entra un nene”.
Finalmente, firmó la solicitud en el registro civil para el cambio de su identidad, “así que el 16 de enero de 2020 ya tenía el DNI que afirmaba que soy Marcelo Exequiel Heredia”. Él confirma que hoy, después de estos años, ya no es el mismo. “Quiero dar un mensaje a todos aquellos y aquellas chicas, chicos y chiques que están atravesando por esta situación: No están solos ni solas, vale la pena el camino y el dolor de hoy hace la fuerza de mañana para sentirse orgullosamente libre”.