“Yamila era alegre, hermosa. Tenía sueños: comprarse una casa, tener plata para irse de vacaciones con su hijita, recibirse. Era bromista y confianzuda. Era una chica feliz y joven. Siempre fue buena estudiante. Era una excelente madre”, dijo Sandra Musa en el juicio por la muerte de su hija Yamila Díaz Musa. El mismo comenzó el pasado lunes y tiene como único imputado a su expareja y padre de su hija, Enrique Leonel Díaz, acusado de homicidio simple con dolo eventual en perjuicio de la víctima. 

“Quien la mató ya está detenido. La tiró de la moto”, le dijo un policía a Sandra en la madrugada del 17 de julio de 2023. Ese día, en Tafí Viejo, Yamila y el imputado iban en la motocicleta que él conducía. En la intersección de las calles 9 de julio y Mendoza, perdió el control, motivo por el cual la joven salió despedida y perdió su vida al impactar contra un poste de luz. Horas antes, ambos se encontraban en un drugstore junto al hermano y la cuñada de la víctima. Según la acusación presentada por la fiscalía, al salir de ahí, Díaz le pidió insistentemente a Yamila que subiera a su moto pese a “encontrarse bajo los efectos combinados de cocaína y bebidas alcohólicas”. 

El examen toxicológico realizado al imputado arrojó como resultado la presencia de cocaína y alcohol en su sangre. "La causa por la cual se produce el siniestro es la pérdida del dominio del vehículo del conductor, lo cual puede haberse debido al contenido de alcohol en sangre del mismo", sostuvo Martina Gambandé, trabajadora del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF). La profesional se encargó de determinar la dinámica del hecho y agregó que "no teníamos huella de frenado, por lo tanto no se pudo determinar la velocidad". Esta afirmación fue repetida por peritos y policías que intervinieron en la investigación. 

“Ella (Yamila) me dijo que nos vayamos del drugstore. A dos cuadras nos alcanza él (Leonel Díaz). La agarró del brazo y le dijo que vaya con él, ahí intervine. Ella se terminó yendo. A los diez minutos me llamaron y me dijeron que había tenido un accidente”, declaró Ismael Díaz Musa, hermano de la joven. Melanie Taján, quien se encontraba junto a sus amigues en el lugar del hecho,  fue testigo de lo que sucedió esa noche entre las calles 9 de Julio y Mendoza. Taján recordó que quien venía conduciendo la moto miraba hacia el costado y que, luego de chocar contra el poste de luz, quería huir. "Él (imputado) nunca se le acercó a ella (Yamila Díaz Musa). Estaba alterado, decía una cosa y después se contradecía". 

Un contexto de violencia de género 

En ocho ocasiones Yamila había denunciado a su expareja por violencia de género. Este contaba también con una orden de restricción desde fines de noviembre del 2022, la cual fue incumplida en diversas oportunidades. "Mi hermana me contó que una vez él estaba molesto porque había un amigo de ella. Ella entró a su habitación y él fue por detrás. La asfixiaba, la tiró al piso y le dijo te voy a matar y me voy a matar", testificó Nahir Díaz Musa, hermana de Yamila. La joven también le comentó acerca del día que el imputado la empujó por las escaleras estando embarazada y de los teléfonos que le rompió. 

"Un día domingo llegó enojadisima. Él (Díaz) la acosaba por donde anduviera. Yo traté de calmarla. Nos dijo ‘sepan que si algún día me encuentran muerta por ahí, va a ser él’. Y fue lo que recordé en el momento en el que vi el cuerpo de mi hija en la sala velatoria", dijo Sandra Musa. Según las declaraciones de sus familiares, el hostigamiento no solamente provenía del imputado, sino también de sus tías y su madre. Muchas veces la llamaban insultándola, la esperaban en la salida del lugar donde estudiaba, la perseguían por diferentes lados.

“El día del hecho, Yamila no tenía la intención de subir a esa moto. Otra vez y hasta ese momento fue víctima de violencia de género, y la violencia no es un accidente”, sostuvo la abogada querellante Giselle Govetto, en sus alegatos de apertura. 

El pasado viernes la declaración de testigos finalizó. Hoy se desarrollarán los alegatos finales de las partes. La familia de Yamila espera una sentencia con perspectiva de género, piden justicia por ella y continúan sosteniendo que no fue un accidente.