El peso del hashtag
Las redes sociales son el reflejo de lo que pasa. Hoy y ahora. Más fieles a la realidad que cualquier periódico o noticiero, el pensamiento colectivo queda grabado en el breve espacio de Twitter, las fotos que se comparten en Pinterest, los eventos que se organizan en Facebook. Precedidos por el #, los asuntos que desvelan, asombran y entretienen al mundo se enlistan en Twitter bajo las Tendencias o Trending Topics. Cualquier usuario frecuente de esta red social podrá conocer, latido a latido, el sentir de sus compatriotas. Livianos, muchos hashtags hablan de personajes televisivos o equipos de fútbol. Otros realizan propuestas jocosas, como cambiar nombres de películas o enunciar las 10 cosas que matan una relación. Entonces, cientos, miles, millones, usan ese hashtag para contar lo que pasa, lo que piensan, en 140 caracteres.
En Argentina, de vez en cuando el # se pone serio. Busca a María Cash, pide donantes, realiza denuncias. Cuenta paso a paso los juicios que movilizan a la sociedad*. O, como la semana pasada, exige que un gobierno se replantee medidas que atentan contra las libertades individuales.
#liberenloslibros fue el grito virtual de una sociedad que, al parecer, no está tan anestesiada como aparenta. Fue la respuesta a la resolución 453/2010 y a la disposición 26/2012 de la Secretaría de Comercio Interior, que determinan que se controle la cantidad de plomo de la tinta usada en los libros que ingresan al país desde el exterior. Bajo el argumento ambiental y sanitario, estas medidas limitarían la capacidad no solo de las distribuidoras sino también de miles de argentinos que compran libros en Amazon u otros sitios, ya que aquí no los consiguen. Estos libros quedarían demorados, a la espera de un examen exhaustivo para determinar si cumplen o no con esa disposición, comprometiendo el proceso habitual de envío puerta a puerta, ya que los lectores deberían ir a Aduana a averiguar el destino de su compra. La presión ejercida por los lectores desde las redes sociales provocó la vuelta atrás de la medida, considerada un severo retroceso cultural, al menos para los compradores individuales.
Los libros, en teoría, fueron liberados. Se espera que los inconvenientes sufridos hasta ahora se solucionen en el corto plazo. Mientras tanto, queda el cursor titilando, a la espera del próximo hashtag que tuerza el curso de la historia.
Cecilia Morán
cmoran@colectivolapalta.com.ar
*El Colectivo La Palta, en Twitter @Col_LaPalta, usa #Marita para contar minuto a minuto lo ocurrido en el juicio que se realiza en nuestra provincia por el secuestro de María de los Ángeles Verón.