Tiempo atrás La Palta dedicó algunas notas a un ejemplo de vida tucumano. Se trata de Héctor “Etín” Manca, un trasplantado hepático que en la jornada de ayer logró cumplir uno de sus sueños más anhelados: “Unir la Casa Histórica con el Cabildo de Buenos Aires en bicicleta”. La travesía que inició el pasado 12 de marzo duró 18 días, en los que Etín pedaleó 1300 kilómetros con el objetivo de mostrar que "hay vida después del trasplante" y pedirle a los argentinos "que sean donantes de órganos".

A lo largo de su viaje Héctor vivió muchas emociones, entre ellas izar la enseña patria en el Monumento a la Bandera, ubicado en la provincia de Santa Fe. Respecto a esta gran distinción manifestó que “jamás me hubiera imaginado un honor de este tipo. Muchísima emoción, muchísima responsabilidad para uno que es aferrado a todos los símbolos patrios".

Por otra parte Manca destacó que le parecía increíble que después de ser un trasplantado pudiera hacer 90, 100, 120 kilómetros por día y agregó “18 mil argentinos pedalearon conmigo: 7 mil amigos míos que están en lista de espera y otros miles que no han podido subir a mi bicicleta porque no han llegado los órganos a tiempo, y esa es la parte más lamentable".

Al llegar a uno de los monumentos más importantes de Buenos Aires fue recibido por referentes de la Asociación de Deportistas Trasplantados de la República Argentina y del Consejo Asesor de Pacientes del Instituto Regulador de Trasplantes, INCUCAI. Este fue el broche de oro para una hazaña que implicó para “Etín” un entrenamiento de ocho meses, cinco horas por día.

En el trayecto que inició en su Tafí Viejo natal no todo fue color de rosa ya que en el camino sufrió todo tipo de contratiempos climáticos, como ser altas temperaturas, luvias , fuertes correntadas de viento. Pero aún así, subido a “La trasplantada”, Héctor jamás bajó los brazos y con mucha perseverancia logró cumplir su meta, concientizando a todo el país que “la donación de órganos es donar vida”.

 Exequiel Reinoso

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