Cuentoniño: donde los niños cuentan sus historias
La capacidad de imaginar mundos diferentes, fantásticos o realistas, es algo que acompaña a los seres humanos desde la más temprana edad. Con el correr de los años esa capacidad parece irse diluyendo hasta casi desaparecer en la edad adulta, o por lo menos queda adormecida. Con la idea de que la imaginación en los más pequeños es algo que hay que incentivar, y que es primordial fomentar la expresión de ese mundo interior, es que en Tucumán se realiza desde hace doce años un evento conocido como el “Cuentoniño Don Bosco”. El mismo tiene como escenario el Colegio Tulio García Fernández, donde el pasado viernes 7 de setiembre concurrieron cientos de niños y niñas pertenecientes al 1° y 2° ciclo de diferentes escuelas, tanto públicas como privadas, de toda la provincia.
El lugar, desde las 14 h, se convirtió en un gran bullicio donde todos los concursantes esperaban saber los temas sobre los que podrían escribir. Llegado el momento en que se dio lectura a los títulos a elegir, el entusiasmo fue creciendo de la mano de la duda y la indecisión. “Al principio no sabía sobre cuál tema escribir, porque uno al principio se imagina una historia con cada uno de los temas, pero siempre hay uno que crece más, como que florece, y ese es el cuento sobre el que termino escribiendo”, comentó uno de los pequeños escritores.
“Todos los años participamos nosotros, a mí me gusta que los chicos tengan esta oportunidad de encontrarse con otros chicos de su misma edad que les gusta escribir y contar sus historias” dijo una de las docentes cuando se le preguntó por el evento, “pero no es solo para hoy, hay que tener claro que hay que incentivar la lectura y la producción escrita todos los días, en el aula, en la casa, y la mejor manera es con el ejemplo, si los grandes no leemos, no podemos exigirle a los chicos nada”, agregó la maestra.
Para la realización de este encuentro de pequeños escritores, colaboraron estudiantes y profesores de la carrera de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras. Ellos serán parte del jurado que en las próximas semanas deberán leer más de 1000 cuentos y decidir cuáles se hacen acreedores a cada uno de los tres premios previstos para cada ciclo. Una de las estudiantes miembro del jurado comentó: “es realmente sorprendente las cosas que uno lee, uno no se imagina la capacidad creadora de los chicos, las formas en que cuentan ese mundo tan vasto que tienen en su cabecita, pero también hay cosas de la vida cotidiana que se meten en su inconsciente y que salen por medio de la escritura y a veces las sorpresas son lindas, pero otras veces no son tan gratas”.
A las 17.30 h se dio por finalizada la etapa de redacción y se entregaron las narraciones de forma anónima. Para ello el sistema de identificación implementado fue la entrega de un número al azar a cada niño, que al ingresar al aula lo intercambió por una hoja con ese mismo número. Los resultados serán presentados en el mes de noviembre, pero a muchos de ellos poco les importa saber quién ganó el premio. “Para mí lo más importante es haberlo podido terminar al cuento, porque escribir un cuento no es fácil, hay que imaginar mucho, ver que quede lindo y que el que lo lea sepa qué le pasó a los personajes o por lo menos si se quedan con la duda que sea porque el autor lo haga a propósito y en este caso el autor soy yo así que yo quería decidir dónde termina mi historia”. Otros esperarán a saber si son o no ganadores, pero todos crecerán recordando que alguna vez escribieron una historia tan importante que fue leída y compartida, y tal vez decidan hacer de este su oficio, su profesión, su hobby y por qué no, su modo de vida.
Gabriela Cruz
gcruz@colectivolapalta.com.ar