El aula se tiñó de intolerancia
Así comenzó todo:
Esta maestra probablemente ignoraba que su visión de lo que es natural y normal iba a trascender las paredes de la Escuela Media de La Florida. La polémica nació en YouTube y se desparramó por las redes sociales y los medios de comunicación locales y nacionales.
El debate que se generó toca varios puntos, no solo el de la tolerancia. También pone el foco sobre cuál es el rol de la escuela en la transmisión de valores y hasta dónde puede una docente impartir como lección su opinión tajante sobre un tema tan delicado, todavía en nuestro país, como el de la homosexualidad. No se trata de valores universales, como la bondad o la generosidad, sino que se está inculcando que lo que no se entiende o no se acepta es, por naturaleza, malo y debe ser combatido.
La salva de estereotipos expuestos por esta docente es alarmante. Dios, el amor, el binomio madre-padre. Estos tres elementos delimitan el universo de lo correcto y lo normal, de lo que es bueno para la familia. Lo que se encuentre por fuera de él es parte de ese camino equivocado que, según ella, estamos recorriendo. Se esperaría que, estando en contacto con la realidad que viven sus alumnos cada día, la maestra supiera que hay otras realidades, otras formas de constituir un hogar.
"No es lo que tenemos planeado para nuestros hijos", dice la maestra refiriéndose a la posibilidad de una relación homosexual, como si ese vástago tuviera la misión de responder a un esquema trazado de antemano y no tuviera libre albedrío. "No estoy discriminando", se cubre mientras, efectivamente, lo practica y lo enseña.
Un docente, como cualquier otra persona, tiene el derecho a tener su visión del mundo, de lo que acepta y lo que no. Eso es innegable. Pero, además, tiene la obligación de ser responsable de sus palabras delante de sus alumnos y de defender la libertad de pensamiento y la tolerancia, más allá de su propia perspectiva.
Ante las críticas, la directora de la escuela aclaró que ésa no es la postura del establecimiento y que allí se enseña a no discriminar.
Cecilia Morán cmoran@colectivolapalta.com.ar