La Palta

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Abrir horizontes a través de una computadora

Fotografía de nipitphand en Freedigitalphotos.net

La inclusión digital permite romper las brechas que genera la sociedad ante una persona con discapacidad. Mirar a través de la voz, aprender a través del software, incluir a través de la tecnología de la información y las comunicaciones. Ese es el caso de la Escuela Braille, donde la computadora y las herramientas informáticas cumplen un papel fundamental para la transmisión de conocimientos y la inserción social de las personas ciegas.

Mariela Ludueña ingresó a la Escuela Braille en el año 2012. Esta profesora de Educación Especial, capacitada en la enseñanza a personas ciegas, se ocupa fortalecer la crítica e impulsar a la superación de las barreras que impone una sociedad despectiva. Todo lo hace desde la informática. Y aunque para muchos resulta imposible imaginar a una persona que carece de visión utilizando una computadora, Mariela se ocupa de ello. “Es un trabajo largo y dispone de paciencia. Tenés que considerar que los chicos solo quieren la computadora para jugar”, dice entre risas Mariela respecto a su labor. La profesora organiza sus clases de manera que el contenido de informática se transmita completo, al igual que se enseña en todas las escuelas, valiéndose de las herramientas disponibles para los diferentes casos de ceguera. “Los chicos saben prender y apagar la computadora como cualquiera. Los chicos reniegan de la computadora como cualquiera”, aclara Mariela.

Al mismo tiempo, las personas ciegas trabajan con el ordenador utilizando un software especial denominado Lector de Pantalla. Este programa guía a los usuarios a través de la voz y, según Mariela, “es la esencia nuestra, si no tengo lector de pantalla no tengo compu. Yo puedo trabajar con la pantalla apagada, pero si el lector no está prendido nada es posible”. En el caso de los disminuidos visuales la práctica es diferente. Por un lado se tiene en cuenta la necesidad de cada alumno, de acuerdo a lo pautado por la estimuladora visual. Hay casos en los que se necesita trabajar con el lector de pantalla en compañía de otra herramienta llamada “magnificador de pantalla”, un software agranda los elementos de la computadora. También existe un escáner que transforma los textos impresos en audio. “Es más trabajoso en el caso de los disminuidos visuales, porque ellos tienen la memoria visual y está la oposición a lo que se está perdiendo. Es difícil la realidad a diferencia del ciego puro”, agrega Ludueña.

Los chicos que utilizan estas tecnologías pueden trabajar, estudiar, jugar y relacionarse en el mundo virtual. “Me gusta usar la compu porque siento que aprendo más”, dice Abril, alumna de la escuela. “Me gusta jugar a la ‘lechuza pequén’ que es una lechucita que me ayuda a escribir en braille”, comenta el estudiante Nahuel respecto del programa didáctico que afianza el uso el teclado y escritura braille. Como este programa hay otros juegos que permiten aprender a través del juego, tal es el caso del Cantaletras. “De la misma manera que la escuela común se trabaja acá, solo que todos los programas tienen que tener voz”, explica Ludueña.

La tecnología cumple el rol mediador que reemplaza a la tiza y el pizarrón, pero además permite la inserción laboral y cultural de personas discapacitadas. “Lo que se busca con los chicos es recursos que los hagan abrirse. Que ellos empiecen a pensar que la escuela no es el principio y el final de todo, sino que afuera hay una sociedad y un mundo que a ellos les va a servir el día de mañana”, dice la profesora Mariela, quien empieza a ver sus cosechas en los chicos cuando todo parecía que nunca iba a ser. Todo lo demás son méritos de la constancia, dedicación y paciencia, herramientas de una docente como Mariela que hoy deja huellas en chicos como Gabriel, Abril o Nahuel. Aunque si se le pregunta a la profe de informática ella no duda en decir: “Todo el mérito lo tienen los chicos”.