La Palta

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Historias a la espera de ser encontradas

Raúl Alfredo Carlevaro 
(Tucumán, 1951)

Nació en 1951, era estudiante universitario de letras, escritor y militante de Montoneros. Fue secuestrado el 22 de julio de 1976 en la Jefatura de Policía de San Miguel de Tucumán, durante la última dictadura cívico - militar, y asesinado el 3 de septiembre del mismo año. 

Hoy, Tina Gardella - docente, comunicadora, locutora y militante de los Derechos Humanos-  trae al presente con amorosidad y comparte con lxs lectores de La Palta, este poemario que merece seguir vivo, como la memoria de los 30 Mil. 

Reseña: “Historias a la espera de ser encontradas y devueltas a la vida”

Por Tina Gardella

I

Maite camina por Avenida de Mayo, Buenos Aires y se encuentra con una librería de usados. Entra. En un cajón de libros por 10 pesos, le llama la atención un libro flaquito y amarillo. Tiene un título en letra grande: Vamos. Sólo eso, Vamos. Lo hojea. Son poemas. Amorosos poemas. Y entre sus páginas, encuentra una hoja de cuaderno, doblada,  con dibujos en lápiz y un poema dedicado a una Adriana. Se da cuenta que ese manuscrito original es del autor del libro, Raúl Carlevaro. Lo compra. Maite tiene 14 años.

II

El libro queda en la biblioteca de Maite por un tiempo, pero esos poemas ya estaban en la cabeza y en el corazón de Maite. Decide googlear acerca de su autor. Cuando la respuesta es que Raúl Carlevaro era una militante montonero que es secuestrado y asesinado en Tucumán en 1976, llora. Su madre, tan conmovida como ella, se suma a la búsqueda de la historia. Encuentra que a la compañera de Raúl, la Adriana de los poemas, la secuestran en 1977 de una casa en el mismo barrio donde vive Maite y su familia. Encuentra que tuvieron 2 hijos. Maite encuentra a Federico, el mayor de los hijos, por facebook. Le dice que quiere entregarle algo que le pertenece.

III

Federico también ve el perfil de Maite. Encuentra que cursa en la Escuela Normal Nº1. La escuela donde había cursado el secundario su madre, Adriana. Maite se da cuenta que en esa escuela –su escuela-  hay baldosas conmemorativas de ex alumnas desaparecidas y asesinadas por la última dictadura. Una de esas baldosas recuerda a Adriana. 

IV

Deciden encontrarse. Maite y su mamá van al trabajo de Federico. Es a pocas cuadras de la casa de Maite. La historia sigue insistiendo con sus coordenadas de encuentros. La emotividad los envuelve y Maite le pide permiso para tatuarse uno de los dibujos de la hojita doblada. Los dibujos en lápiz, los dibujos del enamoramiento, los dibujos del encuentro y de la vida.

V

Vamos, el libro de poemas de Raúl Carlevaro escrito en 1971 se presentó en Tucumán. En una casa, con vinos y empanadas como pedía su hijo Federico. La casa de Luci. La de los primeros de mayo. La de los encuentros compartidos. Es  domingo y el pleno sol  inunda de vitalidad la escena. Federico vuelve a Tucumán después de 48 años para presentar el libro de poemas de su padre. Con Pedro como presentador, con Lito que hizo una semblanza de quien fuera su compañero de militancia  y a quien conocían orgánicamente como Javier  y con Martina militante de la UES en Tucumán. 

VI

Las formas y los modos que tienen los encuentros para devolver a la vida las historias de dolorosas ausencias, cobran sentido en las palabras de Martina: no dejemos que nos roben la historia que nos pertenece. Esa historia que es puro presente mirando al futuro.

Libro: “Vamos” (La mariposa y la iguana Ediciones, 2024 - Reedición)

Breve análisis por Eduardo Albuixech:

Tapa del libro

Pasaron 48 años de la última dictadura cívica militar, en la cual el terrorismo de estado golpeó las calles y la vida social, política, cultural y económica del país. Raúl Alfredo Carlevaro y su compañera de vida,  Adriana Mosso - también secuestrada y desaparecida - no volverán físicamente. Pero es ese profundo ejercicio colectivo, amoroso, reflexivo y pensante llamado la memoria, el que  nos permitirá mantener vivo como dice Tina Gardella quien reseña este libro los “legados” que nos alejen del odio y nos invitan a preguntarnos siempre: “no únicamente qué pasó, sino por qué pasó lo que pasó”. Esas preguntas nos sirven para que “en la actualidad podemos preguntarnos siempre por cualquier persona:  ¿Dónde está, qué le pasó?”; por los que estuvieron, estamos y vendrán a esta tierra. 

Traer la historia de Raúl hecha tinta y este encuentro de domingo con su poesía es consolidar un encuentro con la verdad, la memoria y la libertad, esa que Carlevaro dijo en su prólogo allá en el tiempo, nos “permita desarrollar el corazón para entregarlo” a los otros con empatía y compromiso social.