El legado de Maradona
¿Argentina? ¡Maradona!
La frase fue casi un cliché para todos los argentinos que viajaron al exterior en los ochentas y noventas. Con la llegada del nuevo milenio y de nuevas estrellas, el foco se desplazó a Messi y a otras figuras del ámbito deportivo. El apellido Maradona, sin embargo, quedó y quedará siempre instalado en el colectivo argentino como la síntesis del ser nacional: el talento y la soberbia; la gloria y la autodestrucción; el renacer y la recaída.
Maradona hay uno solo, dicen los fanáticos. Sin embargo, mucho antes del gol a los ingleses y la mano de Dios, el otro Maradona, como le dice la prensa local sin atender el orden de llegada (ni el de mérito) empezó a hacer historia. Un camino de sacrificios y de entrega, sin tiempo ni lugar para la arrogancia y la autocomplacencia.
Esteban Laureano Maradona se puso la camiseta antes de que se inventara el término. Nacido en Santa Fe, se recibió de médico en Buenos Aires y ejerció los primeros años en Resistencia, Chaco. La Guerra del Chaco lo sorprendió en Paraguay, adonde se había refugiado luego de las desavenencias con el gobierno militar de turno por sus charlas sobre seguridad en el trabajo, y atendió tanto a paraguayos y a bolivianos bajo la premisa de que el dolor no tiene fronteras.
De vuelta en el país, el destino lo pondría en el lugar donde cambiaría la vida de muchos. La decisión de quedarse, sin embargo, corrió por su propia cuenta. De viaje desde Formosa hacia Tucumán, el tren en el que se trasladaba se detuvo en Estanislao del Campo, Formosa. Sabiéndolo médico, le solicitaron que atendiera a una parturienta en grave estado. Maradona no solo le salvó la vida a la mujer y a su niño, sino que además, ante el pedido y la necesidad de los lugareños, se quedó. No sólo a atender a un paciente o dos, sino por más de medio siglo, abandonando el plan inicial de ejercer en Buenos Aires.
En Estanislao del Campo, alejado de todo pero bien cerca de la gente, vivió en las condiciones más humildes. Después de vencer la resistencia inicial de la comunidad indígena del lugar, destinó su esfuerzo a darles una vida mejor. Fundó la Colonia Aborigen Juan Bautista Alberdi, donde pudieron construir sus primeras casas y cultivar su propio alimento; también una escuela bilingüe, la primera del país, donde las clases eran impartidas en castellano y en la lengua aborigen local.
Cuando, tras 51 años de trabajo, la vejez y la enfermedad complotaron contra él, tuvo que trasladarse a Rosario con unos familiares. Allí murió a los 99 años. Sus vivencias, su lucha por los derechos de los aborígenes y por el bienestar de la comunidad toda está condensada en una extensa obra literaria que todavía no ha sido publicada en su totalidad.
Hoy, 4 de julio, se celebra el día del Médico Rural conmemorando el natalicio de Estanislao Maradona. El que supo escuchar a quienes lo necesitaban. El que rechazó el poder y pensiones vitalicias. El que no gambeteó la responsabilidad y la lucha, las mismas que hoy renacen en los cientos de médicos que trabajan y trascienden en las regiones más remotas del país.
Cecilia Morán
cmoran@colectivolapalta.com.ar
Fuentes: www.wikipedia.org | www.argentinidad.com