Hoy en toda América se conmemora "El Día de la Raza", día en que llegaron los conquistadores europeos con sus grandes sombreros, sus caballos, sus armas y su sed insaciable de riquezas, día en que comenzó el genocidio de la raza que habitaba estas tierras, tierras ricas y prósperas. El primer día, de muchos siglos, en que se terminaba la libertad de los pueblos originarios.

Cinco fueron, y siguen siendo, los siglos de abusos, saqueos y matanzas que azotaron a los pueblos que desde tiempos remotos habitaron, trabajaron y amaron estas tierras. En pleno siglo XXI aún siguen produciéndose abusos, saqueos y matanzas. Tucumán no es la excepción. Casi como una mórbida broma el 12 de Octubre del año 2009 fue asesinado Don Javier Chocobar, comunero de Chuschagasta, quien murió por la codicia sin límites de terratenientes que quisieron hacerse de las tierras de esa comunidad.

Los pueblos originarios continúan en pie de lucha, mientras todavía se sigue conmemorando el "día de la raza" como un día festivo y de feriado nacional.

En noviembre del 2006 se aprobó en Argentina la ley 26.160 que brinda un marco legal que permite proteger la propiedad de las tierras de los pueblos originarios, tierras que les pertenecen ancestralmente. No obstante esta ley, amparada en tratados internacionales, no es respetada y las comunidades de Argentina siguen siendo objeto de desalojos,  no sólo de "un pedazo de tierra", sino de su vida entera, de sus costumbres, sus cosmovisiones y sus formas de diálogo y convivencia con la naturaleza que los rodea.

Es hora de que digamos basta. Basta de desalojos, basta de saqueos y sobre todo basta de muerte.

                                                                                                                                                                         Marianella Triunfetti

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