Decir Mariano Ferreyra
Se acerca el final de octubre, un mes dedicado a la diversidad cultural, a la madre y a los difuntos. Sin embargo, una de las fechas claves para muchos argentinos es el 20 de octubre. Ese día se vive con espíritu guerrero para cientos de jóvenes y adultos militantes de los derechos humanos. El 20 de cctubre de 2010 una manifestación que reclamaba por el pase a la planta permanente de trabajadores tercerizados de la Línea Roca culminó con la muerte de Mariano Ferreyra. A los 23 años de edad, este militante del Partido Obrero fue una víctima más de la corrupción, la impunidad y la falta de libertad de expresión. Víctima del miedo de los grandes funcionarios al reclamo por los derechos de los trabajadores.
A dos años del asesinato de Mariano, su nombre e imagen son el estandarte y el emblema de muchas organizaciones que permanecen firmes en la lucha por los sectores marginados. Quizás producto del crimen, quizás producto de la mediatización del tema o simplemente por un sentimiento de afinidad con los ideales de Mariano. Sea como fuere, la conmoción ante este hecho fue inevitable a nivel nacional.
Es por ello que pensar en Mariano Ferreyra es pensar en la batalla por el derecho a la vida, al trabajo digno y al reclamo que todo ser humano posee. Representa la consecuencia de lo que significa la frase “mano dura” y “gatillo fácil”. En otras palabras, abre el debate de lo que es hoy la democracia.
Es así que de nada sirve mirar al costado. Nada aporta la indiferencia hacia el tema y mucho daña la falta de conciencia crítica sobre este tipo de hechos en un país vapuleado, humillado y sometido tantas veces por la represión y el olvido.
El juicio por el asesinato de Ferreyra se está desarrollando con 10 acusados que pertenecen a la CGT y la Unión Ferroviaria. Algunos sucesos que se generaron a partir de esto llamaron la atención, como lo ocurrido el pasado 3 de octubre cuando el testigo Alfonso Severo desapareció durante unas horas y luego fue hallado con marcas de golpes.
Todo esto deja en claro el peso que tiene hoy en lo político el nombre de Mariano Ferreyra. Un nombre que va más allá de un joven militante y más allá de una víctima plasmada en la página de Policiales del diario. Un nombre que representa lo que se esconde detrás del discurso y debajo de la alfombra roja.
Democracia, Derechos, Ferreyra. Palabras fuertes. Palabras serias. Palabras de lucha para algunos utópicos, y malas palabras para otros ambiciosos.
Javier Sadir
jsadir@colectivolapalta.com.ar