La Palta

View Original

La Rioja: menos tizas y más represión

Fotografía cortesía de Ricardo Gaitán

“Hace más de 50 días las escuelas están de paro. El aumento otorgado por el gobierno apenas alcanza el piso acordado por la CETERA (Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina), sin embargo un estudio de la canasta básica de alimentos registra, con los precios cuidados, un valor que supera los 3500 pesos”, dice Ricardo Gaitán, docente y periodista de Radio Municipal Chilecito. “Necesitamos cobertura nacional de los medios para parar la escalada de violencia”, agrega dejando clara la angustia que se vivió en esta localidad de La Rioja.

Durante los últimos días, docentes, padres y alumnos de diferentes niveles decidieron 'tomar' los establecimientos educativos como medida de protesta por el reclamo salarial. Las clases en Chilecito todavía no han empezado y estaba previsto que el día martes los representantes docentes mantuvieran una reunión con miembros del gobierno provincial. Sin embargo el domingo 6 de abril las fuerzas policiales ingresaron a las escuelas con la orden de desalojar a quienes se encontraban realizando la medida. La orden impartida por el juez de Instrucción Alberto Carrizo fue tomada como un atropello considerando que estaban a dos días de concretarse una reunión que podría destrabar el conflicto. “Creíamos que esto iba a estar tranquilo hasta que se consiguiera esa audiencia que consiguieron los concejales después que nosotros presentamos una nota”, manifestó Graciela Cabello, docente del lugar. “Creíamos que se iba a respetar nuestros derechos y no, fue un abuso…no tengo palabras para describirlo”, agregó la docente en declaraciones recogidas por el periodista Ricardo Gaitán.

Durante la mañana del martes, los docentes autoconvocados se reunieron con parte del gabinete del gobernador de la provincia Luis Beder Herrera. No obstante, se dispuso continuar el paro por 48 horas hasta obtener alguna respuesta a las peticiones realizadas. Los maestros riojanos precisaron que además de llegar a un acuerdo respecto a la recomposición salarial, van a plantear lo sucedido el domingo pasado. “Uno de los temas que vamos a tratar es que el gobierno levante todas las denuncias que realizó por las manifestaciones, porque hacíamos uso de nuestro derecho a huelga”, expresaron ante los medios riojanos.

Quienes participaban de las tomas contaron que las primeras escuelas desalojadas se retiraron sin oponer resistencia. En otras, donde decidieron resistir pacíficamente el desalojo, fueron sacados por la fuerza y de manera violenta. Se cortaron las cadenas, se rompieron los candados que mantenían las aulas cerradas y fueron denunciados. El lunes, en horas de la mañana, se realizó un escrache en el domicilio del juez Carrizo y a la noche una marcha en repudio a la decisión de la justicia local.

“No repriman a los docentes de Chilecito”, rezan algunos carteles. “Más fuertes que nunca”, dice la bandera con la que marchan. La particularidad de las medidas tomadas en Chilecito no está ni en el reclamo ni en la cantidad de días que se viene sosteniendo. La particularidad y la fuerza están en que la lucha es conjunta, en que se entendió que la problemática no es de un sector–el docente–sino de toda la comunidad educativa. Padres, alumnos y maestros se involucraron y sostuvieron una 'toma'. Quizás por eso creyeron que a través del Poder Judicial podían callarlos. Se equivocaron, porque hoy su reclamo llega un poco más lejos y porque tal vez el resto de las provincias puedan ver en esta unión una salida a los propios conflictos.

Gabriela Cruz

gcruz@colectivolapalta