Cerrar el Inadi, ¿avalar la violencia y la discriminación?
“No es casual que el organismo que se aboca a erradicar la discriminación, la violencia, la xenofobia y el racismo sea cerrado por un Gobierno que ha hecho campaña a través de los discursos de odio y la violencia”, dice Pipo Albano, referente y militante de LGBTQ+. Ocurre que esta mañana, el vocero presidencial Manuel Adorni anunció el cierre definitivo del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi). Esto ya lo había adelantado el mismo presidente de la Nación, Javier Milei, cuando habló del cierre de diferentes institutos que, según sus propias palabras, “no sirven absolutamente para nada”.
Albano, que hasta diciembre de 2023 se desempeñó como delegado provincial del organismo, asegura que esta decisión es un retroceso total y que demuestra que se usa a este organismo, junto al Conicet y a la Cultura como chivos expiatorios de una política de ajuste y desinterés por el crecimiento y el desarrollo social.
En este sentido, la ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto publicó en su cuenta de X, que consideraba se trataba de una brillante decisión en tanto “baja el gasto y aumenta la libertad de expresión”. Esta declaración demuestra un desconocimiento de las funciones que el Inadi viene cumpliendo.
Cabe recordar que el organismo fue creado mediante la Ley 24.515 en la órbita del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación y su objeto -puntualizado en la misma Ley- es la de elaborar políticas nacionales para combatir toda forma de discriminación, xenofobia y racismo. “Es desconocer toda una historicidad, porque el Inadi nace después del atentado de la AMIA como una necesidad de la sociedad argentina de replantearse ciertas violencias que tiene que ver con la discriminación, la xenofobia, el racismo”, recuerda el ex delegado tucumano. Además, destaca el “arduo trabajo para lograr que la sociedad argentina pueda percibir la discriminación no como algo cotidiano del día a día, sino como algo ajeno y que hay que erradicarlo y deconstruirlo”.
“No sorprende, aunque nos debería sorprender”, lamenta Albano al hablar de la decisión anunciada hoy. Y no sorprende porque el desmantelamiento era ya casi un hecho. “Estos últimos meses el Inadi estuvo acéfalo de delegado, mis funciones llegaron hasta diciembre y enero y febrero no hubo delegado y a nivel central tampoco se había nombrado a nadie”, detalla el activista. Esta situación tuvo al organismo en una gran incertidumbre, por lo que en la provincia se seguía sosteniendo el espacio físico abierto solo para recibir denuncias.
Inadi: un trabajo más allá de las denuncias
“No era solamente un organismo para recibir denuncias, sino para hacer algo con esas denuncias, para leer a la sociedad y plantear formas para revertir esas situaciones”, destaca el ex delegado. Para ejemplificar esto, Albano menciona las estadísticas con las que se cuentan a lo largo de estos más de 20 años que dan cuenta de ese trabajo. “Por ejemplo, en 2010, un porcentaje muy chico de la población denunciaba hechos de discriminación y para el año 2020 ese porcentaje había crecido más de un 300%. Esto no quiere decir que hubo más discriminación en el 2020 que en 2010, sino qué había más conciencia de lo que es la discriminación y esto es un trabajo que ha logrado el Inadi a través de sus capacitaciones, de sus talleres de sensibilización”.
Desde el organismo se señala que parte de las funciones son impulsar y llevar adelante políticas públicas federales y transversales articuladas con la sociedad civil, y orientadas a lograr una sociedad diversa e igualitaria. “Muchas veces logramos conciliar las denuncias yendo directamente al foco, hablando con la gente, proponiendo talleres y hemos logrado acercar posiciones. Y ese es un trabajo muy importante que le hace falta a la sociedad argentina sobre todo cuando vemos en la televisión, en los medios de comunicación, la violencia que hay: que se mata a una persona por su color de piel, por su origen étnico, por donde vive, por su cuerpo, por alguna discapacidad por su género”, destaca Pipo Albano.
Las tareas según la Ley:
Recibir y centralizar las denuncias sobre conductas discriminatorias, xenofóbicas o racistas y llevar un registro de ellas a nivel nacional.
Brindar un servicio de asesoramiento integral y gratuito para personas o grupos discriminados o víctimas de xenofobia o racismo.
Diseñar e impulsar campañas de concientización y sensibilización tendientes a la valorización del pluralismo social y cultural, y a la eliminación de prácticas discriminatorias, xenofóbicas o racistas; participando en la ejecución de esas campañas.
Proporcionar al Ministerio Público y a los tribunales judiciales asesoramiento técnico especializado en los asuntos relativos a la temática de su competencia.
Celebrar convenios con organismos y/o entidades públicas o privadas, nacionales o internacionales, a efectos de propender a dar cabal cumplimiento a los objetivos asignados a este Instituto.