Radiografía de la UNT: respuestas al ahogamiento presupuestario
El sistema universitario argentino recibió un nuevo golpe en un año académico complejo: los diputados y diputadas no pudieron lograr los números necesarios para salvar del veto del presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario, aprobada por ambas cámaras del Congreso.
El Consejo Interuniversitario Nacional advierte desde hace meses que la situación presupuestaria del sector se torna insostenible. Tanto es así que realizó dos convocatorias a marchar en defensa de la educación superior, una el 23 de abril y otra el 2 de octubre. En ellas participaron diversos sindicatos, partidos políticos y organizaciones sociales.
En este escenario, la Ley de Financiamiento Universitario además de declarar la emergencia presupuestaria del sistema universitario nacional para 2024, proponía una actualización por inflación de los gastos de funcionamiento y los sueldos de los docentes y no docentes de las universidades nacionales. Esa actualización representaba una inversión del 0,14% del total del Producto Bruto Interno (PBI).
Lo ocurrido tras la votación del miércoles en el Congreso desencadenó una serie de acciones inmediatas. En la provincia, los gremios docentes y no docentes comunicaron la decisión de recurrir a un paro total en todas las universidades para el 10 de octubre. El estamento estudiantil, por su parte, pudo articular desde asambleas por carreras hasta tomas de las facultades, como sucedió en una primera instancia en la Facultad de Artes y en la de Ciencias Naturales.
Sobre cómo tuvo lugar la toma en la Facultad de Ciencias Naturales, Agustina Vilte, estudiante de Arqueología y militante independiente, reconoce que “todo se ha ido dando en el momento y al calor de la gente que ha ido llegando”.
De una asamblea que venía funcionando de manera activa previo al voto de los diputados, pero a la que recurrían pocos estudiantes, de un día para el otro contó con la participación de 150 personas. En este sentido, señala “decimos que el balance es positivo, porque terminamos multiplicando la cantidad de gente y pudimos plantear lo importante de la lucha. El desfinanciamiento de la universidad va más allá de poder cursar esta semana porque peligra la continuidad de la educación universitaria pública.”
La Federación Universitaria de Tucumán, órgano de representación gremial transversal a todos los estudiantes de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y presidido actualmente por la Franja Morada, hasta el momento no convocó a realizar instancias organizativas del estudiantado. Esto no es un impedimento para que surjan lazos de solidaridad y contención entre facultades.
Araceli Rovira, estudiante del Profesorado en Letras y Consejera Directiva por la agrupación La Bolívar, alineada con los mandatos establecidos en varias asambleas de la UNT sostiene: “Hay que apostar a la unidad del movimiento estudiantil, de todos los estudiantes y de ahí buscar la unidad con los docentes, los no docentes. Pero sobre todo entre las facultades, estar en constante diálogo, contactarnos, a pesar de que estudiamos en distintos lugares”.
Las escuelas preuniversitarias también se manifestaron sobre esta problemática. “Es realmente preocupante y estamos desesperados, al igual que muchos profesores de nuestra escuela”, señala Marcos Masmud, estudiante de la Escuela de Agricultura y Sacarotecnia y dirigente del Movimiento de Unidad Secundaria (MUS). Añade que hasta el momento no pudieron poner en común, acciones concretas entre las escuelas y los estamentos.
Termina la semana. Hay más asambleas convocadas para los próximos días, hay decisión de recurrir a tomas en más facultades, como en Filosofía y Letras, en Psicología y en la Escuela de Cine, Video y Televisión. Hay diputados que deberán escuchar: a partir de su voto se prendió la dinamita.