7 años sin Miguel Reyes Pérez
En mi cabeza el afiche es amarillo, estoy casi seguro. Tengo el recuerdo de Ana Reales saliendo del sanatorio con un afiche en sus manos, vestida de negro y con cara de enojada. Necesito encontrar la foto que le saqué ese 3 de enero del 2017 cuando comenzaba el año y conocía por primera vez lo que era la violencia institucional: El “Ni un pibe menos” tenía un nombre, se llamaba Miguel Reyes Pérez y estaba agonizando desde el 24 de diciembre.
Ya tengo la foto, está en la nota que escribí luego de hablar con Ana, y la memoria me falló esta vez: lo que era amarillo, eran las paredes del sanatorio Luz Medica, lo que era un afiche blanco era un pedido de justicia; lo que era una mujer con cara de enojada, era una madre con fortaleza y decidida a luchar por su hijo de 24 años.
A Miguel lo mató la policía y quedó probado con el juicio y la condena a perpetua de Mauro Navarro. El 24 de diciembre, este policía junto a otro, Gerardo Figueroa, persiguieron a Reyes en el barrio San Cayetano; le dispararon y le dieron un golpe mortal en la cabeza con la itaca. Le habían dicho a Ana, días antes, que se lo entregarían en un cajón.
Llegar a ese juicio no fue fácil, llegó después de 4 años de lucha para Ana, organizaciones y los familiares de víctimas de gatillo fácil. Más de una vez se marchó, se cortaron calles y se caminaron los pasillos de los Tribunales Penales. Pero tanta lucha fue en vano, la Corte Suprema de Justicia dictó la absolución de Navarro en una clara demostración de promoción e impunidad al gatillo fácil. Hoy se espera que la Corte de lugar a la apelación de la familia.
7 años pasaron desde que lo asesinaron a Reyes. Fue un 16 de enero cuando Ana salió de ese sanatorio con su hijo muerto y decidió luchar, convertir ese dolor en fortaleza. Hoy hablamos de ella porque Miguel no está, pero dejó en su mamá la valentía de hacerle frente a la violencia de la Policía de Tucumán; la posibilidad de abrir caminos solidarios y abrazar a las familias víctimas de las instituciones que matan con impunidad a los pibes.