La Palta

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50 años de la masacre de Trelew: volver cantando y con el puño en alto

Foto de Roxana Medina

En Chubut, y durante cuatro días, los abrazos apretados, la revolución de emociones y los encuentros esperados se abrieron paso entre las decenas de actividades para conmemorar un día doloroso y bisagra en la historia argentina. Ocurre que hoy, 22 de agosto, se cumplen 50 años de que la Marina Argentina, a cargo de la Base Almirante Zar y por orden del dictador Alejandro Agustín Lanusse, ejecutara a 19 jóvenes militantes.

“Estar acá es una forma de decirles a nuestros compañeros que no nos olvidamos de ellos, de su lucha. Decirles que sigue siendo nuestra lucha, que seguimos reivindicando el motivo por el que comenzamos a luchar, que es que otra sociedad sí es posible”, dice Estela Assaf con la emoción que se le cuela y le hace temblar la voz. Es que no solo está atravesada por todo lo que está viviendo en Trelew, sino que ya lleva varios días compartiendo con su compañeras el viaje desde Tucumán. Lleva varios meses preparándose para este encuentro. Lleva algunos años ensayando y cantando como un acto de resistencia y de memoria. Lleva su corazón y su propia historia junto al corazón y las historias de todas Las Subversas

Las Subversas -subversivas y diversas- es el grupo de mujeres que, atravesadas por la militancia, decidieron que cantar era la manera de seguir luchando y resistiendo. ‘Las viejas’, como se les dice cariñosamente a estas sobrevivientes del terrorismo de Estado, se juntaron con otras -no tan viejas- y empezaron a ganar espacio en los escenarios tucumanos con un repertorio elegido con compromiso y convicción. Las más jóvenes se sumaron a un grupo en el que las edades se desdibujan porque lo único que gana espacio y presencia es la lucha. “Porque pensamos que otra sociedad era posible y compartimos ese sueño colectivo”, dice Estela que en el momento de estas palabras aún no había subido al escenario en Trelew. 

“Volver cantando tiene otro condimento es una forma más de resistencia, de lucha. Así como las compañeras que, por ejemplo, presentaron bordados en lucha y presentaron diferentes escenas de distintos momentos de la lucha de nuestro pueblo, de lo revolucionario que fuimos y que somos.También el canto -como el bordado aquel- viene a decir que aquí estamos, que seguimos resistiendo, que no nos resignamos. No estamos resignados a quedarnos de brazos cruzados. Nosotros vamos a seguir luchando y desde el canto que es otra forma de lucha”, dice Estela que militó en la década del 70 en el PRT - Partido Revolucionario de los Trabajadores.

Foto de Roxana Medina

Y volvieron cantando. El domingo a la noche compartieron escenario con artistas consagrados como Victor Heredia, Teresa Parodi y Arbolito. “A los jóvenes les digo que el camino es largo, es arduo que hay que tener mucha paciencia y muchas convicciones”, responde cuando otra subversa, Carolina Frangoulis, le pregunta por el mensaje que le daría a las nuevas generaciones que toman la bandera de los derechos humanos. “Las generaciones futuras que van a levantar nuestras banderas van a tener que andar su propio camino, el que decidan, el que quieran hacer para llevar a la victoria nuestro pueblo”, cierra Estela el diálogo. 

Y ahí, con la convicción de que la lucha es colectiva, imprescindible, y la unidad, necesaria se pararon en el escenario y cantaron levantando las históricas banderas. Así, con el acto artístico, acortaron las distancias entre Tucumán y la ciudad sureña.