Denunció a sus abusadores y sufre hostigamiento: “me quisieron matar”
Elba Barraza, de 49 años, es una más de las víctimas que sufre las consecuencias de denunciar a sus abusadores. Una causa por abuso sexual con acceso carnal y privación ilegítima de la libertad tiene como acusados a sus 4 hermanos. Desde que se inició el proceso, ellos/as (dos varones y dos mujeres) comenzaron a hostigarla y hasta intentaron asesinarla. Por esa razón, la mujer, proveniente de Las Talitas, el 29 de junio se presentó en Tribunales Penales acompañada por otras familias y agrupaciones para exigir que se terminen las violencias y persecución hacia las personas que denuncian delitos por violencias de género.
Sus hermanos y hermanas son “los Grimaldi”: Luis, Eduardo, Nelly y Lucía Grimaldi. Se apellidan diferente porque son hijos de otro padre, y también provienen de Las Talitas. Barraza cuenta que la violencia en la familia siempre estuvo presente y añade que su hermano Eduardo fue condenado en el 81 por abusar de su pareja y actualmente se encuentra en el Penal de Villa Urquiza detenido por el homicidio del joven tucumano David Orquera.
En el 2019, luego de una discusión familiar, los Grimaldi atacaron a Barraza con un tenedor y a base de piñas “así me llevaron atada a la habitación y me abusaron. Después de eso me mantuvieron retenida durante 48 horas”.
Luego los episodios de violencia siguieron escalando. “En el 2020 me quisieron matar en la esquina de mi casa, me atacaron con armas de fuego pero no les salió el tiro. A ellos les quitaron las armas pero no fueron presos porque son diabéticos”, cuenta la mujer. Fruto de la denuncia de Barraza se logró la restricción de acercamiento para sus hermanos, pero en 25 ocasiones tuvo que volver a denunciarlos porque violaron la medida.
Cuenta además que los primeros abusos, que incluían violencia sexual y encierros en un cuarto oscuro sin comida, comenzaron antes de sus 10 años. Fue en el juicio por David Orquera en 2022 que se animó a contar los abusos sexuales y tanto la fiscalía como el equipo de Contención a la Víctima la instaron a denunciar esos hechos.
Aunque se animó a contar las violencias que vive desde muy chica, hasta ahora no recibió ninguna protección “nunca tuve el apoyo emocional ni la contención del lado de la justicia”. Además, desde hace una semana no cuenta con un abogado o abogada que lleve adelante su causa: “yo estaba patrocinada por el Cuerpo de Abogados de la Provincia, pero me llamaron diciéndome que ellos, por ética, no pueden tener mi causa ya que hay denuncias cruzadas”, señala y cuenta que actualmente sus hermanos la denunciaron por falsas acusaciones.
Y como si calvario fuera poco, Barraza dice que uno de ellos vive a la par, y eso facilita el asedio cotidiano y los tratos hostiles hacia su persona “vienen a mi casa, patean puertas, me tiran piedras, incluso uno me intentó chocar varias veces”, relata con cansancio.
“Pido justicia, vivo con mi hija, desamparada, encerrada. No se puede vivir así. Esperamos que se tomen nuestros reclamos”, finaliza la mujer.