"Hemos naturalizado la violencia pero hoy decimos basta"
Ayer se realizó una concentración en las puertas de la emisora radial LV12 para repudiar el maltrato y despido injusto de Geraldine Ibañez. Participaron la APT (Asociación de prensa Tucumán), distintas organizaciones, familiares, amigos y colegas de la periodista.
La manifestación se llevó a cabo debido al mal accionar del gerente de la emisora, Alejandro Villalba. Lo acusan de haber despedido a la periodista de manera violenta y sin causa, para evitar pagar indemnización, y desconociendo sus derechos laborales luego de que la periodista trabajara 18 años en el medio.
Geraldine se encontraba cumpliendo sus funciones desde su hogar por prescripción médica. Desempeñaba tareas de redacción en la web de la radio, a la cual le quitaron el acceso y la citaron para que se presentara a trabajar por medio de una carta documento y con alta médica. Cuando se presentó no le dieron tareas y Villalba le dijo que fuera a su oficina, la acusó de agotar sus días de licencia y le comunicó que por esta razón no le pagarían su sueldo.
Desde la APT dijeron que no es el único caso en el medio y que, si bien no hay denuncias realizadas, están al tanto de ciertos hechos de violencia que los empleados tienen ya muy naturalizado. Sostienen que la empresa recibe gran dinero de pautas oficiales y, al ser parte del gobierno provincial, “se creen impunes y libre de pagar mal y ejercer acoso laboral a sus empleados”.
“El caso de Geraldine es la gota que derramó el vaso”, dice Oscar Gijena (secretario general de la APT) quien explica cómo se da la violencia en todo el ámbito laboral, mayormente ejercida sobre mujeres. A través de la concentración y la protesta, no solo buscan el cese de Villalba, sino también la capacitación de las empresas para generar más trabajo digno y empresas comprometidas con el bienestar de los empleados.
Los periodistas se hicieron presentes para decir basta. "Hemos naturalizado la violencia, pero hoy decidimos levantar la mirada y actuar", dice Fabián Páez, compañero de Geraldine. También dejó en claro que muchos colegas no pudieron asistir porque sus jefes no se lo permitieron. Esto demostró, una vez más, lo que sufren a diario los y las periodistas: precarización laboral, salarios por debajo de la línea de pobreza, violencia y acoso laboral.