Familiares de víctimas de mala praxis exigen justicia
La avenida Mate de Luna y Amador Lucero fueron el punto de encuentro para los familiares de víctimas de mala praxis durante el sábado. Aquella ocasión fue el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, donde se aunaron diferentes reclamos y pedidos de justicia. Muchos de ellos, tienen hijos o hijas que fallecieron o que sufrieron consecuencias graves luego de procedimientos médicos dudosos. “Pido que los médicos tomen conciencia a la hora de tratar con las personas, porque no saben el daño que causan a las familias y sobre todo a las víctimas”, relataba Soledad Esquer, mamá de Nicolás Juárez, un niño que quedó con secuelas permanentes luego de una operación.
Según Esquer, en 2018 su hijo ingresó al Hospital de Niños para una intervención por apendicitis. En esa ocasión Nicolás sufrió un paro cardíaco y quedó con daños físicos que alteraron su vida para siempre. “A mi hijo le sacaron toda la posibilidad de vivir una vida normal como la que tenía”. Nunca recibieron respuestas certeras del nosocomio, según la mujer, y actualmente están en juicio con los profesionales de la salud que participaron de la operación.
Un caso fatal es el de Matías Juárez, un niño que en 2016, tras una cirugía de amígdalas en el Sanatorio San Lucas, falleció. “Ese día a mi hijo lo sacaron mal del quirófano, estaba morado y helado; ‘mamá no puedo abrir los ojos’, me decía. Fue trasladado directo a terapia intensiva, supuestamente por un cuadro de broncoespasmos. Después mi hijo comenzó con sangrados importantes, el tercer sangrado fue por la nariz y boca. Le hicieron una tomografía y tenía la mitad del cerebro infartado. Cinco días después, Mati falleció”, contaba María Luna, madre del niño. Actualmente, tres médicos están imputados en la causa.
El mismo desenlace fue para Fabricio Cabrera. Su padre Facundo relató que el niño ingresó al hospital en 2020 producto de un dolor abdominal y que quedó internado bajo revisión médica, y que en esa instancia le realizaron una ecografía. Según cuenta Cabrera, sin que nadie les diera un parte de los resultados de la ecografía, un camillero ingresó a la habitación y se llevó al niño al quirófano. Los médicos, según él, le dijeron que le realizarían una operación, y luego le avisaron que todo había salido bien. Pero Fabricio nunca despertó. Fue su padre quien solicitó asistencia en más de una ocasión porque sospechaba de que su hijo continuara en ese estado. “Después me di cuenta de que (Fabricio) no respiraba, ‘enfermera mi hijo está muerto’, le dije. Pasaron 4 o 5 minutos, ella se acercó y vio que no respondía y empezó a gritar a los médicos para que vinieran, pero nadie traía nada. Había que pedirles que vuelvan y busquen sus cosas para asistirlo. El primer auxilio que tuvimos fue de una mamá que estaba en la cama del frente, ninguno de ellos lo hizo”. La autopsia del niño estableció que se trató de un exceso de anestesia, según Cabrera. El hombre comentó además que desde el primer momento intentaron realizar acciones legales a través de una abogada pero que nunca prosperó, por lo que recientemente contrataron a un nuevo abogado que imputará a los profesionales que asistieron al niño, y los acusará por el exceso de anestesia y por abandono de persona.
Múltiples son los casos como estos en nuestra provincia. Es por eso que el sábado, portando globos de color naranja, como indica el lema de la fecha que conmemoraron, muchas familias se organizaron para ser oídas de manera colectiva. Algunas de ellas pertenecen a la ONG Por la Vida y la Salud, y destacaron que no bajarán los brazos hasta lograr justicia por todas las víctimas de mala praxis.