A 47 años, los lápices no solo siguen escribiendo. Marchan, recuerdan, luchan, exigen, se organizan y deciden no olvidar. “Hoy, en las calles de Tucumán, decimos nunca más a un golpe militar. Decimos que no hubo guerra, que fueron 30 mil compañeros detenidos desaparecidos y que en todos los rincones de la provincia exigimos memoria, verdad y justicia”, dice Marcos Masmud mientras se prepara para la marcha del 16 de septiembre.

Marcos es estudiante de la Escuela de Agricultura y pertenece al Movimiento de Unidad Secundaria (MUS). “Estamos junto a la Unión de Estudiantes Secundarios Tucumán (UEST) y a distintos centros de estudiantes de la provincia, conmemorando y recordando la Noche de los Lápices”, sostiene el joven que desde temprano estuvo pintando carteles para recorrer las calles tucumanas.

La marcha organizada conjuntamente por la UEST y el MUS, recorrió las calles céntricas y no solo recordó lo ocurrido el 16 de septiembre de 1976 con las y los jóvenes de la Unión de Estudiantes Secundarios de La Plata, sino que sumaron sus propios reclamos. Ejemplo de ello es las propias necesidades de quienes asisten a la Escuela de Bellas Artes (EBA) que siguen bregando por un edificio propio y en condiciones para poder estudiar. “Creo que la unidad, la lucha y la revolución en nuestra Escuela fue fundamental para lograr soluciones respecto a las necesidades que atravesamos como institución educativa”, sostiene Milena Sosa Frías, presidenta del Centro de Estudiantes de la EBA.

“Fue un hecho fatídico que demuestra lo que la derecha reaccionaria ya hizo en el poder. Estableció una de las dictaduras más sanguinarias en el país y que desapareció a más de 30 mil compañeros”, recuerda Masmud y deja en claro que “los lápices siguen escribiendo” es mucho más que una consigna. Porque escriben la historia con voz propia y convicción.