El domingo 26 de septiembre, en el Parque 9 de Julio, la Policía de Tucumán atacó y hostigó a compañeres de la comunidad LGBTIQ+ que se encontraban en ese lugar pasando el rato pacificamente. Además de actuar con violencia y prepotencia, se dirigieron al grupo de compañeres con expresiones de odio y abuso de autoridad. Una de las oficiales entre dientes y cobardemente dijo: “por gente como ustedes el mundo esta podrido”.

No nos vamos a cansar de denunciar estos hechos de odio hacia nuestro colectivo. No vamos a permitir nunca más estos hechos discriminatorios. No vamos a permitir nunca más que la policía de Tucumán avance sobre nuestros derechos.

¡Exigimos resarcimiento por parte de los responsables!

¡Exigimos a las instituciones competentes que tomen cartas en el asunto para que esto deje de ser una práctica común sobre la ciudadanía!

No es la primera vez que pasa, pero queremos que sea la última.

Carta de un compañere presente esa noche:

El sábado a la noche o el domingo a primera hora, un grupo de amigos putxs se encontraba en el parque 9 de julio tomando una soda, charlando y con el auto abierto, pero sin que la música suene. Metros a la redonda se encontraban otros grupos de amigos que estaban inclusive más ruidosos que elles. Como sabemos el parque es un lugar de encuentro. Es histórico ir al parque en auto con amigues, dar vueltas, parar, tomar algo, escuchar música, y emprender el retorno. También es decir popular que el parque es peligroso de noche, pero vivimos en democracia con normas muy claras sobre nuestra libertad de expresión, de tránsito y de elección. Elegimos estar o no en lugares considerados “peligrosos” (como si la peatonal a las doce del mediodía no fuera peligrosa, sobradas historias de hurto y violencia, como si Tucumán no fuese peligroso)

¿peligroso por quién? ¿Peligroso por la gente? ¿Peligroso por las trabajadoras sexuales? ¿peligroso por los homosexuales que yiran en busca de romances cortos? ¿O peligroso por la policía tucumana que va en contra de toda libertad democrática ejerciendo el abuso de poder no respetando tratos básicos con los ciudadanos?

Reflexiono y desdramatizo esa palabrita que le da de comer a los giles: INSEGURIDAD. La palabra de moda de siempre, el sustantivo favorito de las campañas políticas, de la gente, de los noticieros, la palabrita mágica para que la policía tucumana pueda hacer lo que quiera generando aún más inseguridad.

¿Es peligroso que mis amigos tomen soda a la noche en el parque?

Pareciera que para el patrullero exagerado de policías que se acercó a mis amigues el sábado si lo eran. Podrían haber elegido a cualquier otro grupo de amigos que se encontraban esa noche en el lugar, incluso con esos otros grupos hubiesen tenido más argumentos para ejercer su falso poder, y por qué eligieron a mis amigos… porque mis amigos son como yo: P.U.T.O.S. (y lo digo así porque ni el algoritmo me deja decirlo) pareciera que nuestra masculinidad femenina que portamos con orgullo después de mucho remarla en una sociedad que nos quiere “bien” varones, que nuestros movimientos “amanerados” según ellos refiriéndose a nuestra forma de expresarnos no son dignos de un sábado a la noche en el parque. No es que fantaseo con esta posibilidad, sino que se encargaron de dejarles bien en claro a mis amigues, con mucha violencia, que por putxs los corrían. Palabras textuales de una oficial mujer, que no llevaba placa identificadora y se negó a decir su nombre, los insulto diciendo: “por gente como ustedes el mundo está podrido” … ja! Ahora resulta que los putxs arruinamos el mundo, no tenemos acceso a ninguna disputa de poder pero lo mismo arruinamos el mundo. Amora par favar! nosotres hacemos una marcha del orgullo y al otro día la plaza amanece llena de brillo y color, ustedes los heterosexuales juegan el clásico San Martin vs. Atlético y al otro día faltan la mitad de las baldosas. ¿De qué me estas acusando? De no ser lo que vos queres que sea. Lo lamento, pero con lo que nos costó ser mariposas, mira que por vos volveremos a ser larva. Esta es sola una de las frases, hubieron peores y ni siquiera deseo repetirlas.

Estamos hartas del abuso policial, hartas de que se nos persiga por ser putxs, que no se nos respete y que con leyes que nos protegen aun tenga el descaro de violentarnos por nuestra condición de género. Esto me indigna y exijo resarcimiento. Me indigna escuchar el llanto de mis amigos en masa, un llanto cargado de nerviosismo e impotencia, un llanto de dolor que vuelve, que creíamos ya del pasado.

No vamos a permitir nunca más estos hechos discriminatorios, no vamos a permitir nunca más que la policía avance sobre nuestros derechos. Exigimos resarcimiento por parte de los responsables. Exigimos a las instituciones competentes que tomen cartas en el asunto para que esto no se vuelva una práctica común sobre la ciudadanía. No es la primera vez que pasa, pero queremos que sea la última.