La lucha feminista pisa fuerte en las calles tucumanas
/Salir a las calles. Recorrerlas al grito de “Ni una menos, vivas y libres nos queremos”. La consigna crece y se afianza año a año desde el 3 de junio del 2015, cuando el movimiento contra la violencia machista denominado Ni una menos reunió la fuerza y la experiencia de años de construcción feminista junto a la energía y el compromiso de jóvenes y adolescentes. El lunes, la marcha llenó las calles céntricas de la capital tucumana y alrededor de 10 mil personas partieron de plaza Urquiza hacia plaza Independencia.
Al pañuelo verde de la campaña por el aborto seguro, legal y gratuito se sumó el pedido de marchar de negro. Esto último fue la manera de demostrar el dolor ante la muerte de María Rosa Zelaya, la mujer que fue atropellada por un taxista mientras se manifestaba pacíficamente en las inmediaciones de Casa de Gobierno. “María Zelaya, compañera del Frente de Trabajadores del Interior, vino hoy a pedirle al Ministerio de Desarrollo Social mercadería y comida para su compañero porque están con hambre a consecuencia de las políticas neoliberales de ajuste que nos golpean a diario. Vino con su hija. Estaba en la esquina de plaza Independencia haciendo un corte pacífico cuando un taxista le pasó por encima y la mató. Tenía cerca de 40 años y falleció antes de llegar al hospital. Murió a metros de donde el gobernador festejaba el ascenso del club San Martín”, decía el comunicado que en horas de la tarde se hizo circular desde el movimiento feminista.
Las principales consignas de la masiva marcha se hicieron eco del reclamo por la legalización del aborto, en contra del ajuste y la reforma laboral, el rechazo a la presencia del Fondo Monetario Internacional, en contra de la creciente feminización de la pobreza y diciendo basta de femicidios, transfemicidios y travesticidios. El documento unificado por las diferentes agrupaciones y movimientos feministas de la provincia fue leído en un escenario montado sobre plaza Independencia, de modo que la multitud le dio la espalda a Casa de Gobierno, como una forma más de denunciar la responsabilidad del Estado provincial en la vulneración de los derechos de las mujeres.
