La justicia, en los alegatos
/¿Cómo fue posible que una persona que se encontraba en una situación relativamente segura, a disposición de la Justicia Federal, puesta a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, haya terminado asesinada por fuerzas militares en las inmediaciones de la localidad de Caspichango? Bernardo Lobo Bugeau y Pablo Gargiulo plantearon los hechos que, según las pruebas producidas a lo largo de este proceso judicial, responden a esta pregunta.
“A lo largo de la historia las explicaciones que se brindaron oficialmente sobre la aplicación de la ley de fuga y sobre supuestos enfrentamientos fueron absolutamente inverosímiles”, afirmó Bernardo Lobo Bugeau, que nombró uno por uno los más de 30 fusilados, entre abril y diciembre de 1976, por fuerzas militares del área 301. “31 presos que tuvieron el mismo destino”, dijo el querellante, haciendo referencia a la forma en que fuera asesinado Osvaldo Sigfrido de Benedetti. “En realidad, como analizaremos de los hechos, creemos que se trató de una ejecución sumaria que se estuvo premeditando mucho tiempo antes”, expresó.
Las palabras finales de la exposición de Pablo Gargiulo estuvieron destinadas a Ariel Orlando Valdiviezo, imputado como autor material del asesinato del 'Tordo'–como fuera conocido Osvaldo. “Estoy seguro que una persona que es capaz de morir con la dignidad con la que murió Osvaldo Sigfrido De Benedetti, recibiendo los disparos en el pecho y no en la espalda, de frente como le dijo que iba a hacerlo a su madre, seguramente es una persona imposible de olvidar”, dijo tratando de sostener la voz firme. Los testimonios escuchados en audiencias pasadas dejaron claro que el 'Tordo' sospechaba la forma en que lo matarían. “Lo único que espero es que ese recuerdo permanezca siempre con el señor Valdiviezo y le recuerde no solamente la criminalidad de su acción sino también la cobardía con la que la llevó a cabo”, agregó, y la sala de audiencia apoyó las palabras con un aplauso.
Élida Angélica Chavarría y Osvaldo Lincoln De Benedetti fueron los padres del 'Tordo'. Quienes los conocieron los recuerdan con mucho respeto y cariño. Liliana Montanaro, esposa del 'Tordo' que dio testimonio el jueves 15 de mayo, se emocionó cuando recordó a los dos 'viejitos' que buscaban a su hijo y que con gran valentía hablaron con Luciano Benjamín Menéndez. “En su pecho noble y bueno ha quedado una inmensa ventana, en ella se puede ver cómo fue todo”, había escrito esa madre que vio en el pecho de su hijo la herida que dejó el fusilamiento. Don Osvaldo había hablado en su misiva de esos días, quizás los más dolorosos. “Juntitos los dos solitos recibimos el chapuzón. Al día siguiente viajamos a Tucumán, allí estaba nuestro sueño interrumpido. Llegamos el 28 y el 29 pudimos dejarlo dormidito en la tierra del azúcar y la melaza”. Y la muerte del militante dejó de ser algo lejano para estremecer a todos los presentes.
La audiencia se extendió por casi diez horas y había empezado con la declaración de Héctor Luis Ríos Ereñú. El testigo citado por la defensa habló por videoconferencia desde el penal de Ezeiza donde se encuentra cumpliendo la pena de prisión perpetua tras haber sido condenado por delitos de lesa humanidad, en diciembre del año pasado.
Los dos últimos testimonios escuchados durante la mañana fueron de los peritos oficiales de la Policía Federal que analizaron un 'acta de entrega', firmada por Ariel Orlando Valdiviezo. La pericia caligráfica de la oficial Alejandra Ruedas determinó de modo concluyente que la firma es de puño y letra del imputado. Por su parte el perito en documentología, Sergio Díaz, afirmó que el documento no fue adulterado aunque no pudo establecer categóricamente la antigüedad del mismo. En el acta en cuestión consta que Osvaldo Sigfrido de Benedetti fue llevado por Valdiviezo, del penal de Villa Urquiza, el mismo día en fuera asesinado.
Para poder concretar la sentencia el día jueves 29, el tribunal presidido por el juez Gabriel Casas, dispuso que el miércoles 28 se reanude la audiencia a partir de las 16. Entonces se escucharán los alegatos de la fiscalía a cargo de Leopoldo Peralta Palma y Gustavo Gimena y de la defensa oficial compuesta por Adolfo Bertini, Vanessa Lucero, Martín Galiano y Manuel Bonnin.
Los imputados en esta causa son seis. La querella pidió la pena máxima para dos de ellos y especificó que sea de cumplimiento efectivo. De este modo tanto para Ariel Orlando Valdiviezo –por autoría material– y para Camilo Ángel Colotti –por autoría mediata– solicitaron prisión perpetua, inhabilitación absoluta y perpetua y que se los declare ‘infame traidor a la patria’ por el asesinato de Osvaldo Sigfrido De Benedetti; delito doblemente agravado por alevosía y por concurso premeditado de dos o más personas, configurado en el contexto de genocidio. Por otro lado, debido a los testimonios escuchados durante este proceso, solicitaron al tribunal se instruya causa contra los oficiales del ejército Eduardo Cubas y Antonio Llamas y contra el ex juez federal Manlio Torcuato Martínez, por la posible comisión de delitos de lesa humanidad.
De este modo va terminando un nuevo proceso judicial en el que la verdad se abre paso a través de los años. Un militante que creyó en sus ideales. Un entramado de mentiras que cubrió la cobardía de quienes lo asesinaron. Una familia que busca justicia y que después de tanto tiempo ve asomarse algo que quizás se le parezca. Doña Élida y don Osvaldo que dejaron en sus cartas el testimonio del dolor y la fuerza. Una nueva oportunidad para que la historia se siga escribiendo, más completa, más auténtica y liberada.
Gabriela Cruz
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