El Lago Escondido-Gate: ¿Quién, cuándo, dónde y para qué?
/Por Adriana Meyer para Perycia
Había una vez un grupo de personajes poderosos —jueces, funcionarios en actividad y retirados, operadores políticos y ex agentes de la central de inteligencia Agencia Federal de Inteligencia— que viajaron juntos el 13 de octubre a la mansión del magnate británico Joe Lewis, el mismo que cerró el acceso público al Lago Escondido, en la geografía paradisíaca de la Patagonia. Hayan “conspirado” contra el gobierno o no, en su condición de Very Important Persons pasaron por esa entrada, cuya apertura fue ordenada por un fallo judicial desobedecido por Lewis. Uno de los invitados fue el juez que sobreseyó al hijo del empresario en la causa por la compra fraudulenta de esas tierras.
El 11 de octubre salió a la luz mediática la reunión, y una semana más tarde sus protagonistas intercambiaron mensajes para ver cómo tapar la noticia y cómo zafar de la denuncia judicial por dádivas, en manos de la fiscal federal de Bariloche María Cándida Etchepare. Lo dejaron plasmado en un grupo de chat de Telegram donde el Fiscal General porteño, Juan Bautista Mahiques se jacta de que la fiscal que investiga el caso le propuso pasar la causa a Comodoro Py —justicia federal porteña— o justificar el viaje con facturas truchas para cerrar la causa. “Muchachos, la fiscal de Bariloche bien, buena predisposición, ofreció mandar la causa a Py o en su defecto pedir o que aportemos nosotros o ella pedir a la empresa las facturas del vuelo y eventualmente del hospedaje con los denunciados digamos, sin Jorge (Rendo) y sin Pablo (Casey) y en base a eso cerrarla, así que si están de acuerdo avanzo en alguna de estas opciones”.
A esta hora el Presidente Alberto Fernández instruyó a su ministro de Justicia Martín Soria, para que investigue la posible comisión de delitos por parte del contingente que pretende hacerse pasar por un grupo de turistas. Sin embargo, no se sabe aún de renuncia alguna tras el escándalo por la difusión de esas conversaciones luego del hackeo del teléfono de uno de los involucrados —más bien una mamushka de Lago Escondido Gate— ni tampoco reactivación alguna de la denuncia por mal desempeño que duerme en el Consejo de la Magistratura contra Julián Ercolini, del Juzgado Federal 10; Carlos Mahiques, presidente de la sala II de Casación Penal; Pablo Cayssials, del Contencioso Administrativo Federal 9 y Pablo Yadarola, del Penal Económico 2. Otros de los convidados al encuentro del que todavía se desconoce el objetivo político —en los chats hablan de champagne y vinos— fueron dos hombres del Grupo Clarín, quienes habrían gestionado el encuentro.
Perycia desmenuzó la maraña y muestra quién es quién (cuándo, dónde y por qué) para despejar los árboles que tapan este bosque maloliente cuyo escenario fue la estancia de 20 mil hectáreas del billonario inglés, con pista de karting, zoológico propio y pista de aterrizaje que sería ilegal por estar ubicada en zona de frontera. Como las ondas de una piedra arrojada al agua calma, este encuentro similar a los “retiros espirituales” del macrismo, sigue generando ecos.
Una guía para entender los chats del escándalo
Conversación en orden cronológico, del 17 al 20 de octubre
El sobrino de Magnetto, Pablo Casey, arranca compartiendo que lo llamó el jefe de gabinete de asesores de Alberto Fernández y le aseguró que en los medios de Fabián De Souza “no sale nada”, es decir: no habría repercusiones de la nota que divulgó el viaje en C5N y otros medios del grupo.
Los involucrados van pasando lista uno por uno los medios y periodistas. Se alegran de que tal o cual no tome la noticia, mientras el presidente del Grupo Clarín Jorge Rendo les asegura que ese día tiene reunión a las 20 con Clarín para silenciar todo. Se dan ánimos.
Toma la palabra el ex jefe de Asuntos Legales de la SIDE Leonardo Bergroth, muy actualizado en la información que maneja, y comparte las versiones sobre la posible citación del juez Julián Ercolini ante el Consejo de la Magistratura.
Mahiques hijo plantea que la filtración salió de la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
Según explicó Horacio Verbitsky, el juez penal económico Pablo Yadarola cree que el responsable fue el jefe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, José Glinksi, vía Mariano Recalde, y anuncia en tono amenazante que ya se cruzará con él. El ministro de Justicia y Seguridad porteño Marcelo D’Alessandro agrega que si le tocara ser ministro del gobierno nacional, disolvería la PSA. “Dame el gusto de ir a buscarlo con un patrullero nuestro que lo hago cagar”, dice el responsable civil de la Policía de la Ciudad, que ostenta récord en casos de gatillo fácil.
Pero también sospechan del órgano de control de los aeropuertos (ORSNA), y temen que además de la planilla de vuelo con la nómina de pasajeros aparezcan fotos y filmaciones del arribo a Bariloche.
Imposible para el ciudadano de a pie no sentir un frío por la espalda al verificar las peores sospechas sobre lo que son capaces de permitir que suceda en una celda, bajo custodia, la tortura cotidiana en las comisarías de la que habla CORREPI, en este caso como venganza. D’Alessandro dice que Glinski mandó a preguntar si quería hablar con él. “Le dije que no hace falta. Tengo la mejor alcaidía para que le den una linda bienvenida”. Primero el patrullero, luego la celda.
De los mismos métodos se ufana el juez de Casación Carlos «Coco» Maíques que propone «habría que hacerle llegar al PSA que le vamos a tirar con munición gruesa y qie mejor no entregue nada más». A lo que el abogado del Grupo Clarín Pablo Casey responde que ya se lo hizo llegar. Como si no fuera suficiente, el sobrino de Magnetto se jacta de poder armar una “notita” sobre Glinski.
Y Mahiques fantasea con que podrán instalar que todo se trató de una fake news y les daría la oportunidad de victimizarse como “espiados” para propiciar la disolución de la PSA.
A D’Alessandro y a Ercolini les preocupa cerrar todos los frentes, mientras los hombres de Clarín planean seguir tras las sombras.
A las 18 del 17 de octubre pasan al tema dos, justificar el viaje
A esa altura Ercolini propone que Lago Escondido les emita las facturas post factum.
Nico es Nicolás Van Ditmar, gerente de Hidden Lake (estancia Lago Escondido), mano derecha de Lewis.
Ercolini insiste en la necesidad de coordinar una versión única para no contradecirse.
Rendo, el presidente del Grupo Clarín, insiste en que no debe conocerse su participación y ni la del abogado sobrino de Magnetto en el encuentro de Lago Escondido.
Poco antes de las 20 Mahiques padre da cuenta de una segunda llamada de Leunda, el funcionario de la Presidencia de la Nación. Y afirma en un audio que ellos fueron “víctimas de espionaje ilegal”.
En un momento entre bromas sobre futuros viajes juntos y burlándose ellos mismos de su supuesta condición de víctimas comienza la burla a los mapuches, a pocos días del violentísimo desalojo ordenado por la misma jueza que luego los ayudaría en su plan de encubrimiento, y ejecutado por el Comando Unificado enviado por el gobierno nacional.
La coartada trucha
Al día siguiente comienzan poniéndose de acuerdo en juntar el dinero para justificar las facturas truchas que tendrán guardadas como plan B “por si nos denuncian”.
Casey aporta la logística sobre las fechas de las facturas.
Y el juez Ercolini vuelve a marcar el ritmo.
“Qué conspiración puede haber si no estaba el dueño del lago (sic), podemos encontrar veinte mil razones por las que estuvimos ahí, no debería ser delito, sin que suene a barullo, hay que arreglarlo, van a seguir rompiendo las bolas le conviene a los K”, dice Bergoth, ex SIDE.
En tren de armar la mentira casi se pisan con hacerse pasar por pescadores sin que aún sea temporada de pesca.
A las 14.24 se enteran por un tuit de la periodista Luciana Bertoia de que sí serán denunciados.
Probablemente hubiera sido aún mayor el escándalo con imágenes. En este audio Casey amenaza con represalias si se llegaran a filtrar. “Si da las cámaras que se olvide de todo, lo están apretando como trapo viejo, va a ser el principal denunciado por el uso de fuerzas federales en un caso de espionaje, me va a avisar si se quiere juntar, los verdaderos giles acá son los de La Cámpora, porque el que está apretando porque quiere las cámaras es Recalde hijo”.
El grupo deduce que esto también resultó fuego amigo para el gobierno nacional.
Mientras planean hablar con una periodista del diario La Nación para denunciar que fueron víctimas de espionaje ilegal de un acto privado, D’Alessandro insiste en que hubo una orden para seguirlos. “Fuimos a descansar a un lugar que es accesible”, dice Casey sobre un lugar cuyo acceso está cerrado al público. Y le da letra a los funcionarios públicos.
El ex SIDE no ahorra en consejos para el encubrimiento. Si no hicieron nada ilegal y se trató de un viajecito de descanso ¿por qué tanta energía?
Luego de pasarse los números de CUIT para las facturas truchas, de recomendarse mutuamente no difundir las fotos del viaje, y de insultar a los periodistas que publicaron las notas que los descubrieron, avanzaron en estas apreciaciones no menores, en tono de broma.
El 20 de octubre armaron otro grupo de chat, al que bautizaron Donatto contrataca, donde Mahiques hijo cuenta la “buena predisposición” de la fiscal para cerrar la causa. El juez Ercolini insiste en que sea la fiscal la persona que pida las facturas de modo de que se anule la posibilidad de ser acusados de dádivas. “Que la mina (sic) pida las constancias. Después es todo un bluff y ya está, el denunciante no es querellante y no puede apelar. Hay que hablar con la jueza de allá y chau”, dijo el magistrado. Y les dicta lo que tienen que pedirle a la empresa privada que los llevó a Lago Escondido en las facturas ante datadas y apócrifas.
Más adelante Yadarola les cuenta que lo llamó Glinski, le negó que hayan sido ellos y le echó la culpa a una subalterna y al ORSNA. Y Mahiques hijo confirma: “Ahí hablé, está todo bien, es la misma causa, le van a hacer una declaración por Zoom a Nico, que Nico diga que nos fue a recibir, le va a preguntar si quiere aportar las facturas y con eso la cierra”.
Bertoth sugiere que le aporten letra a Nico. Ercolini dice que evite decir que los llevaron en helicóptero al centro de esquí. “Hicimos cabalgata, pic nic, comimos choripanes, jugamos a las cartas y jugamos al padel dos veces, que sea todo parecido a lo que hicimos”. Reinke les advierte que lo que no cierra es que todos hayan pagado en efectivo. Bergroth relativiza la preocupación y aporta letra para el armado del discurso unificado.
Lo que siguió fueron consejos de Casey para darle doble seguridad al WhatsApp “para cuidarse”, a lo cual el grupo se burla recordándole que estaban usando Telegram. “No entiendo qué pasó con el chat anterior”, al que llamaron Operación Página/12, pregunta Mahiques padre. “Borramos todo para renovarnos, Carlos”, le responde Casey. Ercolini remata con un rumor. “Escuché que esta opereta se la debemos a Mena/Slokar”, en alusión al número dos del ministerio de Justicia y al camarista de Casación, respectivamente.
Continuará.