¡Queremos pedalear!

Fotografía de Javier Sadir | La Palta

Frenos. Ruedas. Cámara de aire. Aceite. Todo fue controlado en la plaza San Martín para que ninguna bicicleta quedase afuera del pedido. El domingo a la tarde, con un sol del veinticinco radiante, se realizó el primer encuentro organizado por Ciclovías Tucumán. Un taller de reparación de bicis gratuito, una bicicleteada y la proyección del cine móvil hicieron el evento. Y es que en Tucumán, la provincia más superpoblada del norte argentino, alrededor del 3% de la población usa bicicletas como su trasporte habital, “lo que significa algo enorme para no tener nada que impulse el uso de este medio de trasporte. Ciudades como Lyon en Francia tienen el mismo porcentaje y cuentan con ciclovías”, explicó Lucía Palenzuela, una de las impulsoras del cine móvil. 

Ciclovías Tucumán nació de un grupo de amigos ciclistas que se vieron en la necesidad de organizarse para solicitar algo que hace falta. El tránsito vehicular en la provincia es caótico y lleva a que ciertos transportes públicos no respeten a las bicicletas que andan por la calle. Así, los ciclistas se ven obligados a encontrar huecos o a arriesgar su vida cada vez que salen al microcentro. Es por eso que el grupo Ciclovías Tucumán se organizó y armó un proyecto que dé respuesta a este problema de movilidad urbana. “Nosotros pensamos en el problema que se da en el centro de la ciudad. Nos parece muy importante que haya ciclovías y que se fomente el uso de la bici. Mucha gente no anda en bici porque siente que es inseguro y esta es una alternativa”, dijo Matías Galindo, integrante del grupo Ciclovías Tucumán. Además, Matías considera que tampoco hay lugares públicos donde estacionar la bicicleta cuando un auto ocupa el lugar de alrededor de veinte bicicletas, al mismo tiempo que un auto en movimiento ocupa el lugar de cinco bicicletas. “Eso es una apropiación del espacio público, también. En todos esos sentidos la bicicleta es una alternativa complementaria a un buen transporte público, por lo económico y lo saludable”, agregó Galindo. El desconocimiento y el prejuicio son otras barreras que se deben romper en la provincia. Que la bici es un trasporte de pobres y está mal visto es una idea a superar. “Nadie quiere ir al trabajo en bici porque lo ven mal, o si vas a la facultad en bici te ven mal. Eso hay que superar y desde el Estado se debe fomentar el uso”, dijo Matías. 

Taller de reparación y acondicionamiento de bicicletas:

Miércoles de 14 a 16 horas, en El árbol de Galeano (Virgen de la Merced 435).

Los beneficios de andar en bici es el principal impulso para que el Estado ponga la mirada sobre este tema. El primer punto tiene que ver con lo económico, “yo vivo lejos y gano mucho tiempo en bicicleta. Es gratis. No gastas en combustible ni en estacionamiento”, comentó Lucía Zarbá, participante del evento. Otro punto importante es la salud, la bicicleta estimula el ejercicio cardiovascular, no contamina y genera un impacto positivo para el medio ambiente al evitar la combustión. “La bici hace bien a la cabeza y al cuerpo, pero no hay mucha cultura del pedaleo. Se lo toma como algo deportivo o como de la gente de bajos recursos. No se fomenta que lo use todo el mundo, cuando cualquiera tiene una bici en su casa. A veces no se la usa porque el tránsito es peligroso, porque roban o porque no hay lugares donde dejarlas”, dijo Natalia Lipovetzky, participante del encuentro.

El proyecto está presentado en la Municipalidad de San Miguel de Tucumán y contempla la colocación de ciclovías en el microcentro tucumano. Este proyecto considera una señalización por el carril izquierdo, lo que genera discusión al ser un vehículo de tránsito lento. Sin embargo en una ciudad como Tucumán las ciclovías por la derecha resultan inoperantes ante los autos estacionados, los contenedores de basura y las paradas de colectivos. Se propone un espacio lineal de un metro y medio desde el cordón de la calle por el carril izquierdo. “En términos de inversión no significa mucho. Es simplemente pintarlas, poner señalizaciones y generar educación vial”, explicó Matías Galindo. Si bien la municipalidad instaló ciclovías en la zona oeste de la capital tucumana, no deja de ser parte de una pista de salud y no responde al pedido para la circulación urbana. Por eso es solo cuestión de decir sí y poner en marcha el proyecto. Es solo cuestión de superar los prejuicios y brindar educación. Una tarea del Estado que compromete a todos los tucumanos. Y sumarse a la iniciativa de cambiar el hábito y pedalear más es parte de este proyecto.