Dios los cría, el barro los junta, el paco los indigna

Unas buenas señoras de pasar económico airoso se asomaron a su balcón; el ruido interrumpió su merienda o su juego de canasta y las invitó a salir. Miraban hacia abajo con cara de incertidumbre. Había algo más en su mirada: desagrado. La calle Monteagudo al 800 estaba colmada de unos manifestantes poco agraciados para su gusto. Eran jóvenes de los barrios marginales de la ciudad, de esos que no andan mucho por el centro, porque cuando andan la gente se cruza de vereda, apura el paso. Y porque cuando andan, la cana los persigue para ver si no se mandan una de las suyas. Eran los jóvenes que piden que se termine el reinado de los transas del paco en sus barrios. Los acompañaron sus madres, hermanos y amigos. 

La Hermandad de los Barrios contra las Adicciones es un espacio que reúne a vecinos organizados, y desorganizados, de los suburbios de la ciudad, quienes ven cómo la vida de sus hijos se consume en cada pitada que le dan al veneno que los transas venden sin pudor y a plena luz del día. Ayer por la tarde convocaron a más de mil manifestantes que marcharon a la sede de la Secretaría de Prevención y Asistencia de las Adicciones. Al encontrar el edificio ayuno de todo funcionario decidieron dirigirse a la Casa de Gobierno. Querían entregar un petitorio que clarificase al Ministerio de Desarrollo Social cuáles son las medidas más urgentes que den un puntapié inicial a una verdadera lucha contra la pasta base de cocaína. Mezcla que inunda los barrios marginales y que arrastró a 10 jóvenes al suicidio en los últimos 30 días, sólo en el Barrio Antena. Pues parece, según algunos manifestantes, que después de 13 años de gobierno del Frente para la Victoria nadie aprendió, todavía, qué hacer con esto. 

El petitorio incluye:
*Equipos territoriales de salud capacitados.
*El cumplimiento de la Ley de Salud Mental que garantiza un trato humanizado hacia los adictos.
*La culminación del Centro de Adictos del Barrio Costanera y la construcción de otros centros que incluyan la atención a mujeres.
*Que el sistema educativo se sume al trabajo de prevención de las adicciones.
*Centros de Actividades Socioculturales que acompañen el proceso de recuperación de los adictos.

Las Madres del Pañuelo Negro, las Madres de San Pablo y los vecinos de los barrios Antena, Costanera, Los Vázquez, El Sifón, Victoria y Santa Inés son los que se reunieron en la organización interbarrial La Hermandad de los Barrios Contra las Adicciones.

Fotografías de Ignacio López Isasmendi