Cuando la educación pasa de ser un derecho a un lujo

“Yo no creo en la obligatoriedad de la educación”, lanzó como si fuera una verdad universal el legislador por la Libertad Avanza, Alberto Benegas Lynch. El diálogo que mantuvo en una entrevista radial con la periodista Romina Mengel provocó que Unicef Argentina tenga que salir a ‘aclarar’ que la educación es un derecho. “La libertad es también si no querés mandar a tu hijo a la escuela para que te ayude en el taller”, señaló el defensor del Estado ausente.

“Muchas veces puede pasar en la estancia, y sobre todo en Argentina, que no te podés dar el lujo de mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitás en el taller junto al padre trabajando y no lo puede mandar a la universidad”, dijo Benegas Lynch. El intento de aclaración del Legislador fue interrumpido por Mengel: “Entonces, como el padre lo necesita laburando, ese chico ¿no tiene derecho a la educación? ¿El padre decide sobre el pibe?”. “Pero claro, ¿cómo va a decidir el estado sobre el chico?”, respondió él como si fuera una obviedad.

Ante la pregunta de quién preserva la infancia educada de un niño o niña cuyo padre decide violar el derecho de las infancias a estudiar, el libertario arremetió con la idea de que el Estado es innecesario. “No se me ocurre una cosa más invasiva”. La discusión quedó empantanada en un punto indefendible, al punto que horas más tarde el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) publicó en sus redes sociales: “Trabajar aleja a los chicos y las chicas de su derecho a aprender, jugar y crecer felices”.

Por su parte, desde la Defensoría de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (creada por la Ley 26.061 de protección integral de los Derechos de las niñas, niños y adolescentes) recordó a través de sus redes sociales que el trabajo infantil está prohibido desde el año 2008 por la Ley 26.390 y que el lugar de niñas y niños es la familia y la escuela.