¿Qué pasará con los ministerios en Argentina?

Foto de Prensa La Libertad Avanza

En 2018, la reducción de ministerios que conforman el gabinete nacional pasó de 18 a 10. De esta manera, Argentina se convirtió en el país con el gabinete más chico de América Latina. Hoy, a poco más de 24 horas de haber asumido el presidente Javier Milei, a través de los primeros decretos de su gestión, modificó el organigrama del Estado que ahora está conformado por nueve ministerios y tres secretarías presidenciales.

Los ministerios serán los siguientes: Interior, a cargo de Guillermo Francos; Economía, en el que se desempeñará Luis Caputo; el de Infraestructura, cuyo titular es Guillermo Ferraro; el de Justicia, ocupado por Mariano Cúneo Libarona; el de Seguridad en el que se nombró a Patricia Bullrich; el de Defensa, cuyo ministro es Luis Petri; el de Salud, comandado por Mario Russo y el novedoso ministerio de Capital Humano, en el que se desenvolverá Sandra Pettovello. Además, habrá tres Secretarías Presidenciales: General, donde fue designada Karina Milei, hermana del presidente; Legal y Técnica, a cargo de Javier Herrera Bravo y de Comunicación y Prensa a manos de Manuel Adorni.

De acuerdo a la nueva norma, queda dispuesta una nueva organización de la administración pública, se reasignan funciones y recursos humanos. Por ejemplo, el ministro de Economía queda facultado para “entender en lo relativo a los programas vinculados a la administración y liquidación de los bienes, derechos y obligaciones remanentes de las empresas o entidades que hayan sido privatizadas, disueltas o que dejen de operar por cualquier causa y en los aspectos atinentes a la normalización patrimonial del Sector Público Nacional”.

En tanto, el jefe de Gabinete, podrá “intervenir en los planes de acción y los presupuestos de las sociedades del Estado, entidades autárquicas, organismos descentralizados o desconcentrados y cuentas y fondos especiales, cualquiera sea su denominación o naturaleza jurídica en su área; así como en su intervención, liquidación, cierre, privatización, fusión, disolución o centralización”.

Las áreas de Turismo, Deportes y Ambiente pasan al Ministerio del Interior, mientras que el Servicio Penitenciario y la Agencia Nacional de Materiales Controlados (Anmac) pasan a la órbita de Seguridad; y Energía y Minería quedan bajo el Ministerio de Economía, entre otras múltiples modificaciones.

Entre los reordenamientos de las distintas carteras, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación estará bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete - a cargo de Nicolás Posse-, que además integrará la estructura de la Secretaría de Asuntos Estratégicos. En tanto, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el de Turismo y Deportes quedarán bajo la órbita de Interior.

El de Transporte, Obras Públicas y Desarrollo Territorial y Hábitat quedan a cargo de la cartera de Infraestructura. Y el ministerio de Justicia y Derechos Humanos paso a llamarse solo con la denominación de Justicia. Finalmente, el nuevo ministerio de Capital Humano, asume las funciones de los otros ministerios de Educación, Cultura, Trabajo, Empleo y Seguridad Social; Desarrollo Social y el de las Mujeres, Géneros y Diversidades.

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Degradación de ministerios, ahorro o mito

Que un ministerio pase a ser secretaría implica, por un lado, la pérdida de rango jerárquico. A diferencia de los ministros, los secretarios no son invitados regulares a las reuniones del gabinete con el Presidente, salvo que sean reuniones ampliadas. Además, pierden autonomía a la hora de tomar decisiones.

Un ministerio tiene, además, un peso simbólico que marca el rumbo del compromiso y la voluntad política del gobierno. Juan Negri, politólogo y docente de Ciencia Política en la Universidad Di Tella, señala: “Cuando un gobierno eleva una secretaría al rango de ministerio, lo hace como una decisión simbólica, como una declaración de principios de su gestión”.

Si bien, denigrar una cartera del rango ministerial a secretaría implica un ahorro económico, en caso de que los salarios de un secretario sea efectivamente inferior al de un ministro y se recorte la cantidad de personal a su cargo, el impacto en la sociedad y las políticas públicas es difícil de medir.

Lo que sí se sabe es que la tendencia en los últimos 20 años es que los países tienen cada vez más ministerios porque buscan la tecnificación y la profesionalización en áreas más pequeñas. A los ejemplos de América Latina, se le pueden sumar los de Estados Unidos, donde tienen 15 Departamentos de Estado (el equivalente al ministerio) o Francia, con 15 ministerios también.