La marcha de la inmensidad

“La palabra es inmensidad”, dice Carolina Frangoullis tratando de resumir lo que quedó de la marcha del 24 de Marzo de este año. Carolina lleva una década militando en la agrupación HIJOS Tucumán —Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio— y fue la encargada de leer el extenso comunicado redactado en semanas de discusiones y consensos. Es que después de 9 años en los que en la provincia se realizaron dos marchas, este 2017 la marcha fue unificada y el documento final fue único. Hace poco más de un mes, organismos de derechos humanos, organizaciones sociales y partidos políticos empezaron a reunirse con el objetivo de construir más allá de las diferencias. El contexto sociopolítico —con un fuerte discurso empapado en la teoría de los dos demonios, el negacionismo por parte de quienes administran el Estado y el recorte presupuestario a las políticas de memoria, verdad y justicia, más el avance de políticas neoliberales en las que se suman despidos, se cierran las negociaciones paritarias y se avala la precarización laboral— sentó las bases para esa construcción.

“Todo valió la pena”, se escuchó decir a militantes de los más diversos espacios al término del acto central en la explanada de Casa de Gobierno de la provincia. Doce cuadras de gente cantando, gritando, sosteniendo carteles con la imagen de los rostros de los desaparecidos o letreros con consignas y reivindicaciones no dejaron dudas de por qué valió la pena. “La alegría de la gente y el abrazo colectivo es con lo que me quedo. Las 12 cuadras. La plaza llena. El amor y la lucha. La emoción de quienes se reconocían en otros por seguir de pie”, agrega Carolina que marchó con una camiseta diferente a la de siempre. “30Mil Razones #YoMarcho24M”, llevaba escrito en el pecho. “Por su memoria, por su incansable lucha, por el amor que nos dieron y la fuerza que nos dejaron. Nati, Nella, Ale presentes”, se podía leer en la espalda de la militante de HIJOS. Este es el primer 24 de Marzo que ‘Caro’ marchó, agitó y leyó el documento sin Natalia Ariñez. Desde el 17 de diciembre del 2016, fecha en que las tres militantes fallecieron tras haber sido arrolladas por un conductor ebrio, la militancia entera se rearma y rejunta fuerzas para seguir con más fuerzas todavía.

“De la marcha me queda la certeza de que el pueblo tiene memoria de que es luchando en las calles como se conquistan y se defienden derechos. Y que los que no están, quedan como fuerza que nos empuja”, resume María Coronel. María es la coordinadora del sitio de memoria 'Escuelita de Famaillá'. Hija de María Cristina Bustos (desaparecida en marzo de 1977) y de José Carlos Coronel (asesinado en una emboscada en setiembre de 1976). Megáfono en mano, María fue una de las que guio los cantos en multitudinaria marcha cuya principal consigna fue “Son 30 mil. Fue Genocidio”.

La concentración estuvo fijada a las 18 horas en la ex Jefatura de Policía en la esquina de calles Junín y Santa Fe. Antes de esa hora una gran cantidad de personas enarbolaba las más diversas banderas. El orden en que se marcharía ya había sido consensuado en las reuniones previas. Poco después de las 18.30 empezó a movilizarse la multitud que superó todas las expectativas. Los organismos de derechos humanos, que encabezaban el contingente, fueron los primeros en llegar a la plaza Independencia. Ya en ese momento se anunciaba que todavía había integrantes de la marcha saliendo de la ex Jefatura. Las más de diez cuadras que separan el punto de partida y el punto de llegada estaban repletas de personas. Muchas de ellas participan desde las primeras marchas, otras tantas lo hacen por primera vez. La presencia de la juventud es, quizás, una de las mayores muestras de que la militancia se renueva, se refuerza y de que el compromiso crece.

“Es un día de reencuentro con los que siempre vamos a las marchas y trabajamos desde distintos lugares por la memoria la verdad y la justicia y también es el reencuentro con nuestros seres queridos”, sostiene Andrea Vicente, hija de Santiago Omar Vicente y de Graciela Achín. Santiago fue secuestrado en setiembre de 1976 y sus restos fueron identificados en Pozo de Vargas. La causa por su secuestro se juzga en el megajuicio Operativo Independencia. Graciela fue presa política y su secuestro fue parte del universo procesal de la megacausa Villa Urquiza. Recordar el 24 de Marzo, 41 años después, “es importante porque sigue tan vigente como antes el pedido de justicia. Porque la justicia es necesaria sobre todo para poder desterrar las teorías que legitimaron la aniquilación”, afirma Andrea.

“Hoy a 41 años del golpe cívico-militar nos convocamos en esta plaza para repudiar a la dictadura militar más brutal de nuestra historia. También venimos a denunciar, como lo venimos haciendo históricamente, que el genocidio comenzó en Tucumán mucho antes del 24 de marzo, con el inicio del Operativo Independencia”, dice el primer párrafo del documento único firmado por más de 70 agrupaciones. “Este 24 de marzo, además, nos encuentra atravesando la pérdida dolorosa e irreparable de nuestras compañeras Natalia Ariñez, Marianella Triunfetti y Alejandra Wurschmidt”, señala también el documento. “Por su memoria, por su incansable lucha, por el amor que nos dieron y la fuerza que nos dejaron seguiremos de pie, como cada año, levantando las banderas históricas de memoria, verdad y justicia y transformando cada día nuestro dolor en lucha, desde esta plaza nuestro mejor homenaje para ellas es esta marcha unificada y multitudinaria”, se escuchó leer a Frangoullis sobre el final.

24 de Marzo | La marcha en Tucumán

Fotografías de Elena Nicolay y Alejandro Sarmiento