MuCArt: arte, color y compromiso

“Arderá la memoria hasta que todo sea como lo soñamos”. La frase del escritor y periodista Francisco ‘Paco’ Urondo está plasmada en una de las paredes del Espacio para la Memoria La Escuelita de Famaillá. Y en en ese lugar la memoria arde, como arde también el compromiso y la lucha que sostienen y transforman día a día lo que hace más de 40 años funcionó como el primer centro clandestino de detención en la Argentina. Los colores invaden las paredes. Las imágenes en blanco y negro recuerdan a los que pasaron por allí. Cada intervención, cada actividad, cada proyecto que se realizó a lo largo de este año tan particular hay que celebrarlo, casi como un deber. “El cierre es para mí un espacio de disfrute y de encuentro”, decía María Coronel, la directora del espacio cuando pensaba y planificaba lo que sería la jornada de cierre de actividades que se realizó el miércoles 29 de noviembre.  Y fue mucho más que eso.

En una de las galerías de la Escuelita colgaban unas cintas anchas de colores. Allí estaban expuestos algunos textos producidos por los niños que visitaron el espacio. Quienes salían sonrientes de las aulas invitaban a los otros a entrar y recorrer las distintas obras de teatro montadas dentro de las cajas. Historias contadas por los niños que participaron del taller de ‘Cuentacuentos y teatro’. En una de las paredes de la Escuelita de Famaillá unos jóvenes guiados por el artista César Carrizo pintaba un mural de historietas que narra las luchas que tuvieron lugar en el sur tucumano. Y en el espacio central de la Escuelita la danza y la música llenaron de alegría y emoción la Muestra Cultural y Artística por los Derechos Humanos –MuCArt.

La muestra | Fotos de Ignacio López Isasmendi

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