Amaicha: que hablen las que tengan que hablar

La plaza de Amaicha se llenó de banderines de colores el sábado 30 de octubre. Un escenario, música y una feria en la que, entre otras cosas, había intercambio de semillas eran parte de las propuestas del Encuentro pluricultural y diverso. La iniciativa de Vivas y Viajando nos queremos empezó con una ceremonia de agradecimiento y ofrenda a la Pachamama -a cargo de mujeres de la comunidad india- y continuó con talleres y espectáculos artísticos.  En la pared de la garita de colectivos -en una de las veredas del paseo- niñas y mujeres del lugar fueron guiadas por la artista plástica Sofía Paliza para pintar un mural que sintetiza el espíritu del encuentro.

“Participaron mujeres de la comunidad indígena de Amaicha y mujeres  residentes”, dice Eva, una de las organizadoras, diferenciando las mujeres originarias de aquellas mujeres ‘blancas’ que viven en el lugar. El primer taller fue coordinado por Isabel ‘Chavela’ Pastrana, comunera amaicheña que compartió las experiencias de las mujeres al parir en un lugar sin servicios de control prenatal ni maternidad, como lo es Amaicha, y que deben emigrar para dar a luz. El segundo estuvo a cargo de Juana -autodefinida travesti- y su compañera Pewma, que se presentó como mapuche champurria epupillán. “Señalo que soy champurria porque soy una persona indígena occidentalizada y es muy importante asumir esas dos variables que forjan mi persona. Y soy epupillán, que significa dos espíritus, aunque no en el sentido del binarismo occidental”, explica Pewma que, además, es profesora de idiomas. 

“En un primer momento pensamos que (el encuentro) era algo que se estaba armando con la comunidad, después vimos que tal vez no tanto, pero decidimos darlo igual porque es importante poner en cuestión lo que sucede en estos lugares”, comenta Juana, haciendo referencia a que en Amaicha del Valle es muy frecuente ver mujeres residentes o visitantes que hablan en nombre de las comuneras. “Lo que hacemos es arar esa tierra que está dura; en estos lugares tenemos que ir dando estos debates porque se sigue reproduciendo el colonialismo”, advierte, resaltando que las comunidades indígenas son silenciadas y que quienes ostentan el discurso y el poder son quienes llegan de otros lugares con una mirada occidental y etnocéntrica. “No vengo con el discurso de ‘las blancas se callan’, porque no estoy de acuerdo en hacer callar a nadie. Pero sí espero que se cuestionen ese ‘hablar más de la cuenta’ cuando la palabra debería ser de otras compañeras”, agrega Pewma. 

“Fue interesante que el encuentro sea en la plaza porque el uso del espacio público en Amaicha no es algo habitual”, dice Sullka Quinteros, integrante de la comunidad india y destaca la oportunidad para pensar instancias de diálogo respetuoso entre residentes y comuneras. “Un intercambio donde se pueda pensar lo colonial y plantear algo descolonial o por lo menos anticolonial”, señala. 

“Me llevo de esta experiencia muchas preguntas. Por ejemplo, antes de pedirle a las compañeras indígenas que se levanten y abracen las banderas de mi feminismo, ¿pienso que tal vez están dando otras batallas? ¿Las podemos ver? ¿Podemos cerrar la boca y escucharlas?”, reflexiona Eva, que invita a las tucumanas a participar de las actividades que se realizarán el sábado 6, en Monteros, y que forman parte de la misma iniciativa del colectivo Vivas y Viajando nos queremos.

Fotos de Elena Nicolay y Elías Cura