Reggaetón lésbico y feminista para mover las cachas

Por Elena Nicolay para La Palta

Fotografías: Florencia Dominguez.

Transfeminista y disidente. Así se define el festival independiente creado por la cantante y activista Miss Bolivia, que llega a Tucumán en su segunda edición “Linyera”. Al igual que otros eventos, el FestiPantera surge como respuesta y gesto político ante una demanda muy concreta: más mujeres y disidencias en los escenarios de Argentina. 

Hacer lugar en los espacios para la expresión artística de mujeres músicas y disidencias no es algo nuevo. Este proceso, que viene siendo acompañado por el movimiento feminista, llevó a que se creara el proyecto de ley de Cupo Femenino en los escenarios, que establece un cupo femenino del 30% en los espectáculos musicales que se realicen en vivo.

Las mujeres y disidencias no sólo están llegando a los espacios históricamente legitimados por la industria de la música, que cuentan con la presencia mayoritaria de artistas varones y con productores que consideran que “no hay mujeres con suficiente talento”, como señaló José Palazzo, organizador del Cosquín Rock. Esta vez, ellas son las creadoras de sus propios espacios de expresión, con los que proponen romper con la mirada patriarcal y construir algo nuevo. 

“No podemos depender de la voluntad de quienes organizan estos espacios, que tienen una visión súper misógina. No tenemos que rogarle nada a nadie, podemos hacer nosotras el festival -comenta Romina Bernardo, líder de Chocolate Remix, uno de los grupos invitados al FestiPantera-. Tiene que ver con las cosas que se van pensando desde el feminismo ¿no? Los discursos nos ayudan a pensar de otra manera y a desnaturalizar lo que teníamos naturalizado. Por ejemplo, que las mujeres no podemos o que no tenemos las herramientas. El capital financiero es algo muy difícil para nosotras: nos siguen pagando menos en todos lados; no solamente es tener las herramientas intelectuales. Aún así podemos encontrarle la vuelta, ver de qué manera lo llevamos adelante. Es la noción que hay ahora en el feminismo: somos imparables”.

El impulso para llevar adelante eventos más inclusivos deja en evidencia la voluntad de quebrar las lógicas machistas para revalorizar expresiones muchas veces silenciadas. El FestiPantera es uno de esos casos, un espacio cuidado que este sábado -a las 21, en Santos Discépolo- no tolerará ningún gesto violento. La grilla 100% transfeminista y disidente se completa con Femigangsta, Mari Curi, Macumbias, DJ Flor Cazzu, DJ Beibi y DJ Bolivia.

Contenido explícito: tijeras y derecho al goce

“Yo tenía muchas ganas de hablar de sexo de forma directa, era algo que necesitaba hacer. Porque además no lo encontraba en ningún otro lado”, cuenta Romina.

Fue entonces a través del reggaetón que pudo expresarse y que Chocolate Remix se consolidó como proyecto musical. Este género, que contiene ciertas representaciones simbólicas, ha sido privilegio de los varones para hablar de su virilidad y del consumo de los cuerpos. Pero, ¿quién dijo que solo ellos pueden hablar de sexualidad y moverse al ritmo del perreo? Para la “Choco”, como se conoce a Romina, este dato no pasó inadvertido y planteó la necesidad de reelaborar imágenes y discursos que siempre han estado relacionados con la objetivización de los cuerpos, para empezar a hablar de empoderamiento y del derecho al placer. 

“Encontraba en el reggaetón un género dominado por varones que hablan de sexo desde su punto de vista; eso no me interpela mucho. Lejos de ser una voz censuradora, de decir ‘esto está mal’, quería que haya otras opciones. Quería que haya material de sexo de una manera más parecida a lo que yo lo entiendo, como yo lo vivo. Cómo es el sexo principalmente entre lesbianas y personas no heteronormadas. Me parecía interesante trabajar con esto laburando desde la sátira y la ironía, que a la vez me servían para hablar de otras cosas, como denunciar el machismo y la homofobia muy presentes en el reggaetón”, explica la artista.

Radicada en Buenos Aires desde hace varios años, la “reina del reggaetón lésbico” inició este proyecto como una perfomance pensada para las redes sociales con la creación de un personaje virtual. Más tarde vinieron los shows en vivo, en los que la cuestión escénica aporta su ingrediente candente. Sus canciones aprovechan el fuerte contenido sexual característico del género para recrearlo en clave queer. A través de una lírica potente, juega con los estereotipos y roles; habla del placer y la sexualidad y, a su vez, denuncia situaciones que afectan al colectivo de mujeres y LGBTIQ. 

Vamos que esta noche es solo de mujeres
Vamos que esta noche puede ser lo que tu quieres
Vamos que esta noche juntamos poderes
Vamos que esta cumbia es para que se libere
Tu cuerpo, muévete que estás en lo cierto
Alterno, cumbia y reggaetón, un infierno
Moderno, que te sube por dentro
Interno, y derretimos el invierno.

Tucumán se prepara para ser la anfitriona de una fiesta. Fiesta que abraza las banderas del feminismo, que proclama la manifestación libre de identidades diversas, que permite creer en otras formas de hacer y producir música. Y que, además, promete una mezcla de ritmos calientes para encender fuego en la pista.