Salud mental y derechos humanos, entrecruzamientos necesarios
“Siempre que hablamos de derechos humanos, para un gran grupo de la sociedad, incluso para un gran número de colegas, se despierta la idea que solo se trata de cuestiones del pasado, de aquello que ya pasó, de aquello que quizás ya no se debería hablar”, dice Daniela Dantur, coordinadora de la comisión de Derechos del Colegio de Psicólogos de Tucumán. “Es importante reflexionar que, hablar de derechos humanos no solo es hablar de delitos de lesa humanidad, es también hablar de infancias libres y respetadas, de educación, de salud, de políticas públicas, de géneros y diversidades, de personas mayores o vejeces, de personas con discapacidad, de derechos laborales, de libertad de expresión”, agrega Matías Albarracín, también psicólogo e integrante de la organización de las 1° Jornadas Provinciales de Derechos Humanos y Salud Mental.
Las Jornadas previstas para el viernes y el sábado es una propuesta de la Comisión que coordina Dantur y recibió el apoyo y el impulso del Colegio de profesionales que apuesta por la atención de la salud mental con una perspectiva comprometida con los derechos humanos. “Esto no se consiguió de un día para otro, nada fue regalado, cada derecho representa una lucha, y defender las conquistas logradas es parte de nuestro posicionamiento ético como profesionales de la salud mental”, sostienen Dantur y Albarracín en esta entrevista donde, además, reflexionan sobre la importancia de entrecruzar estos conceptos.
Se realiza la mesa panel esta semana, ¿cómo surge la iniciativa?
El encuentro surge principalmente de dos líneas que nos veníamos planteando. Por un lado, la necesidad de fortalecer el encuentro y el trabajo articulado entre las diferentes áreas que comprende el ejercicio de la psicología que se encuentran atravesadas (quizás algunes sin saberlo) por la perspectiva en derechos humanos, no solo en la clínica o en los servicios públicos, sino también en instituciones, en la comunidad, en organizaciones. Y, por otro lado, de la preocupación por el constante avance de discursos que pretenden instalarse y que colocan al sujeto en una mirada individualista, desconociendo la importancia de los derechos y las luchas colectivas, pretendiendo instalar lo que se conoce como meritocracia, desconociendo (o no) el fuerte impacto psíquico que la segregación y el borramiento de derechos genera en la subjetividad.
¿Cuál es la importancia de esos entrecruzamientos entre la salud mental y los derechos humanos?
Pensar en “entrecruzamientos” es más bien una invitación a cuestionar nuestras prácticas profesionales y éticas. Es proponer entramar entre la escucha psicológica, entendiendo a ese sujeto como un sujeto producto de una época, de una historia, y que no puede ser nunca des-alojado en una escucha que no contemple sus derechos. Desde el cómo quiere ser nombrado, nombrada o nombrade, hasta el padecimiento que puede generar el negarle el derecho a una construcción de su historia como alguien que pudo ser vulnerado en sus derechos básicos.
¿Creés que se puede abordar la atención de la salud mental sin la perspectiva en derechos humanos?
Pensar en una salud mental sin perspectiva de derechos humanos es no mirar la integridad del sujeto/paciente que llega a la consulta o al ámbito de intervención. Como dice Emiliano Galende: sin derechos humanos no hay salud mental. La garantía y el reconocimiento de los derechos parte fundamentalmente del estado, y los profesionales de la salud mental no podemos estar ajenos a esto, sin importar el ámbito (público o privado).
¿Pensás que el actual contexto hace más necesarios espacios como estos?
El contexto actual avanza día a día en una pretensión de aniquilamiento de los derechos y de las luchas que los consagraron (cuestionar el número de desaparecidos, visitar represores, eliminar programas como el ENIA -Embarazo no Intencional en la Adolescencia- y CONADI -Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad-, desjerarquizar ministerios a secretarias y otras políticas públicas vinculadas al género y la diversidad, la violencia simbólica ejercida a les trabajadores del estado, entre otras acciones llevadas a cabo por el actual gobierno nacional), esto requiere un fuerte posicionamiento como parte de la sociedad a la hora de defenderlos. Creemos que acciones como estas Jornadas de trabajo, pueden aportar a marcar una fuerte posición a la hora de defender los derechos humanos y visibilizarnos como un colectivo de profesionales de la salud mental.