La cancha como campo de batalla
/Se dice que se puede cambiar de religión, de afinidad política, de pareja, pero nunca de camiseta. Que por el equipo cualquier cosa, hasta despertarse a las 3 de la mañana para ver un partido que se juega en el otro lado del mundo, desconocer parientes hinchas del equipo rival, aguantar horas bajo el sol o la lluvia por una entrada.
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