El desguace del INCAA: otra estocada a la cultura

FOTO DE MARIANA NEDELCU

“Un día gris, horroroso, siniestro, desolador”. La semana empezó para los trabajadores del Instituto Nacional del Cine y las Artes Audiovisuales (INCAA) con la noticia de una licencia obligatoria para más de 200 empleados. Según el propio presidente de la Nación, Javier Milei, la medida es tomada para achicar el presupuesto, limitar su operatividad y reubicar personal de la entidad. La mentada reorganización interna anunciada esta semana no tiene un plazo final determinado.

“Estamos en una situación de absoluto desguace de lo que es el cine nacional”, dice Martín Falci, realizador audiovisual tucumano y vicepresidente de Tucumán Audiovisual. El reconocido director y productor detalla los cambios publicados en el boletín oficial: “se destruyen áreas claves del Instituto, se eliminan fomentos y, como si fuera poco, se elimina también fiscalización. Todo lo que tiene que ver con salas, con apoyo a estrenos, a exhibición, a festivales”. A este panorama desolador se suma la incertidumbre frente a los espacios INCAA que, a lo largo de estos años, posibilitó la circulación de películas en todo el país. “Son unidades operativas esenciales que modifican estructuras organizativas, pero que sobre todo destruyen casi la totalidad del espíritu del instituto”, remarca Falci.

Martín habla sobre este panorama al que al principio describió como horroroso, siniestro y desolador en la puerta del cine Goumont, a punto de ver una película en el marco de la 25ª edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, (BAFICI). “No sabemos si un día de estos va a aparecer cerrado”, dice. Ocurre que la única certeza, hasta el momento, es que se van a continuar con las funciones del festival, pero no se sabe si al final se repondrá la cartelera. “Estamos hablando de muchísimas películas que ya están terminadas y con fechas de estrenos pactadas que no tienen ninguna seguridad de ser exhibidas.

¿Decisiones presidenciales que incumplen leyes?

La Ley de Cine Nacional cumple 30 años de vigencia. En ella se establece que se trata de un ente autárquico (público no estatal) que funciona en el ámbito del ex Ministerio de Cultura de la Nación, Ministerio hoy devenido en secretaría. “Yo creo que lo importante es entender que se está incumpliendo una ley porque el INCAA tiene un cogobierno. Existe la Asamblea Federal con miembros de las 24 provincias y el Consejo Asesor con miembros de todas las regiones y ninguno de estos órganos de cogobierno han sido convocados. Todos estos cambios se han hecho de forma dictatorial desde la presidencia”, remarca el cineasta tucumano.

En la historia del cine argentino, remarca, no se ha vivido una situación similar. Es por esta razón que todo el sector se encuentra en alerta evaluando los pasos a seguir ante las medidas tomadas por el ejecutivo a través del actual director del INCAA Carlos Pirovano. Cabe recordar que se trata de un economista sin experiencia alguna en el sector audiovisual y, desde ese sector, cada vez están más convencidos que fue designado por el presidente Milei para socavar al instituto con una estrategia similar a la utilizada en la agencia de noticias Télam. La agencia estatal permanece cerrada hace más de un mes bajo la excusa de un análisis de su funcionamiento, impidiendo el acceso a la información y dejando a cientos de empleados sin sus fuentes de trabajo.

Resistir en el cine tucumano

La industria del cine tucumano ha crecido exponencialmente en los últimos años. Mucho tuvo que ver el fomento del INCAA pero también la organización de los realizadores audiovisuales de la provincia, su trabajo y compromiso por hacerla cada vez más sólida. Esta situación no será la excepción: “vamos a hacer un ‘proyectorazo’ entre otras acciones para visibilizar lo que se viene haciendo en Tucumán”, adelanta Martín Falci. En ese sentido, remarca que en la provincia el foco está en “reafirmar las bases e insistir con la aplicación de la Ley 9.578”.

La Ley Provincial de Promoción de la Actividad Audiovisual, promulgada hace un par de años, reconoce a la actividad audiovisual dentro de las industrias culturales y la incidencia que tiene en la construcción de las identidades de los pueblos. Además, compromete al Estado provincial a promover y fomentar esta industria, garantizando un fondo con esos fines. Sin embargo, se trata de una ley pensada y diseñada para complementar las políticas públicas establecidas hace 30 años a nivel nacional.

“En medio de este panorama desolador a nivel país, estamos exigiendo, resistiendo y esperando el presupuesto correspondiente de nuestra Ley provincial para abrir un manto de contención a los trabajadores en medio de esta situación inhóspita -y me gustaría decirte inverosímil”, señala Falci como quien se resiste a creer que la realidad argentina sea cada vez más increíble en tanto va a contramano de lo que ocurre en el mundo.

Esa realidad pone a la industria frente a 200 personas que en esta semana fueron obligadas a dejar de asistir a sus puestos de trabajo. Con el riesgo de que tras este ‘reordenamiento’ se queden sin su fuente de ingresos más de 700 familias y las incontables pequeñas y medianas empresas (Pymes) que se conformaron como productoras audiovisuales u otras empresas del rubro, desaparezcan y con ellas esas fuentes de trabajo.

“Hoy tenemos la urgencia que en Tucumán se asignen los fondos contemplados en la Ley provincial para que podamos empezar a brindar trabajo y contención a los cientos de trabajadores de la industria provincial”, remarca el cineasta.