“La lactancia es un acto político”
“La lactancia es un acto político”, define Constanza Espíndola, doula y arteterapeuta en Tucumán, y asegura que se trata de un proceso de vital importancia para la vida diaria que no solo compete a la persona que amamanta, sino a todo el entramado social. A pesar de que los diversos medios informan sobre las recomendaciones para nutrir a lxs recién nacidos y brindarles una vida saludable, Espíndola va más allá: lejos de promover mandatos, define a la lactancia como un proceso que impacta ampliamente en los niveles económicos, rutinarios y de salud de una comunidad entera. En el marco de la Semana Internacional de la Lactancia, brindará un taller gratuito y virtual el sábado 6 de agosto a las 11:30 horas para reflexionar sobre este tema.
Miles de niños y niñas nacen por día en todo el mundo. “Esos niñes van a crecer en esta sociedad, van a formar parte del sistema y pueden ser propensos a ciertas enfermedades. Eso nos afecta a todes”, sostiene, y afirma que aquellos infantes que no han podido acceder a la lactancia son los más propensos a desarrollar problemas de salud. “Eso después es un gasto público que sostenemos todes y que se puede prevenir con un proceso natural”.
Existen personas que no amamantan por decisión propia o por asuntos biológicos. “Si por algún motivo se decide no continuar con la lactancia, lo mejor es seguir con leche humana”, afirma y agrega que eso dio origen a las madres nodrizas y a los bancos de leche. Además, explica que comprar leche maternizada es un gasto que no todos los escalafones sociales pueden afrontar. Entre esos gastos también se incluyen el gas, la electricidad, y la compra de productos como mamaderas y tetinas.
“Cuanto más se sostiene la lactancia se reduce la desigualdad tanto en salud como en calidad de vida”, expresa.
Una tarea nada fácil
Aún con las mejores condiciones económicas y de salud, Espíndola aclara que las madres o personas que amamantan precisan también del sostén emocional y de una red de contención, ya que es una tarea muy demandante. En ese sentido, cuestiona que los padres tengan tan solo unos días de licencia por paternidad, lo cual responsabiliza únicamente a las madres de los cuidados de sus bebés.
En Tucumán, la licencia por maternidad para empleadas estatales es de 180 días debido a una normativa promulgada en 2018 por el gobernador en uso de licencia Juan Manzur. La misma “es de carácter obligatorio, con goce íntegro de los haberes, y sin posibilidad de postergar su otorgamiento ni interrupción por decisión del empleador o de la trabajadora”, según informa el Ministerio de Salud.
Para aquellas madres que pertenecen al mercado laboral informal esto es mucho más difícil: “para poder sostener la lactancia muchas tienen que dejar de trabajar. Eso es un montón. Estás obligada a dejar de ser un ser económicamente independiente”. Además, “es difícil estar sola con el bebé y sostener la lactancia, no es solo tener la teta y darle, somos seres sociales también. Es todo un circuito”, afirma Espíndola.
La mujer considera también que la lactancia no está separada de la gestación ni del parto. “Una persona que atravesó violencia durante el proceso, por ejemplo violencia obstétrica, a pesar de todo ese sufrimiento tiene que encontrarse con su bebé. Después tiene que entregarse al vínculo y encima hacerlo como si fuese instintivo. Y no, no es instintivo para nada. Va a ser muy difícil para ella continuar ese proceso. Y por supuesto que el bebé también sufre”.
Para Espíndola, un proceso amable, respetado y escuchado, facilita las condiciones de la madre y su bebé, e incluso le permite poder disfrutar de esta tarea.
Si la Semana Internacional de la Lactancia existe es “porque la sociedad no está acompañando ese proceso”, revela. Según ella: “gestar, parir y amamantar no son actos puramente altruistas, son políticos”. En ese sentido, numerosos son los mitos y prejuicios que impactan negativamente en el desarrollo de la lactancia. Espíndola enumera los juicios en torno a la exposición de los cuerpos al amamantar; el escaso personal de salud especializado en lactancia, y los mitos sobre las formas y tiempos en los que hay que amamantar a lxs recién nacidxs. Por ello, señala que la información, la decisión y también la conciencia de la crianza, son los elementos necesarios para abandonar miradas inocentes y pasivas en este aspecto.
Lo importante, según dice, es participar del proceso de manera acompañada, en comunidad. “La soberanía del cuerpo de la persona que gesta, pare y amamanta, es también la soberanía del cuerpo de ese pequeño ser que sabrá crecer y nutrirse de manera sana. Y así hacemos una apuesta a una crianza con un nuevo ser humano autónomo”, finaliza.
El único requisito para participar del taller que dictará Espíndola, es etiquetar a dos personas en la publicación de su instragram “@circulardoula”. El mismo es para todo público y de carácter gratuito.